I
La Fábrica, Taller Luz y Fuerza. Un día la gente que habitaba allí quiso forjar un nuevo Minotauro y llamarlo Bonzo. Mientras lo hacían se dieron cuenta de que el proyecto los mataría. Era tarde para volver atrás. Un dictamen secreto ordenó que el laberinto debía ser incendiado ni bien el monstruo naciera. Ese destino sólo podía ser acatado reuniendo fuerzas ingentes y titánicas. Kilos de dinamita juntados luego de días de trabajo explotaron y ardieron para extinguirse en el curso de una noche trivial y oscura. ¿Qué pensaba ese grupo de hombres al enfrentar esa empresa? ¿Cómo brillaba la luz artificial en las pupilas trabajadoras? ¿Cómo toleraban ver al coloso que lentamente ensamblaban y que nacía para morir en un instante? ¿Cinismo, obsesión, profundo amor? La llama quería purificar algo... El resto debía sufrir el calor, inevitablemente.
II
Lugar inabarcable, prácticamente un ready-made. Ritmo lento de percepción. Rondar, vagar, creer, son las únicas formas en que pude caminar apropiadamente en este sitio donde desbordaban obras. Caminar se volvió una forma de arte. La emoción de vivir, intensamente restituida. Percepción sobrepasada y exigida. Ver a la gente caminar en la cámara oscura de Atucha investigando cajas y objetos me pareció un breve cuadro, que duró una fracción de segundo cargada hasta el borde de enigma. Vi a la gente agacharse y apretarse para atravesar las puertas, descubrir que las paredes del laberinto en abismo de Julián tenían papeles, obras colgadas, luces, barrotes, y por momentos el éxtasis hermoso del color. ¡Lo efímero! ¡Lo efímero! ¡Allí está! ¡Se fue!
Todos los espacios estaban teñidos de vicisitudes, de dudas, de preguntas. Las cosas tenían la apariencia del azar y no lo eran-esa es la combinación más bella, tirante, irresoluble, siempre en lucha dejando claroscuros-. Las cosas pertenecían al campo de la insinuación. El nuevo flâneur de espacios inventados, creados especialmente para el hombre, vaga inquieto. Siente que quiere y debe percibir todo, la vista y el oído se le vuelven una exigencia. Las cosas no empezaban ni terminaban, se encontraban en un continuo proceso ambivalente de estar sin definición estable, de mostrarse sin que su secreto se volviera fijo.
Bonzo era consumido por una llama invisible.
Bonzo: participantes: Diego Atucha (Zelda (A link to the past)), Lucía Seijo (Instituto Geográfico Bonzo), Cecilia Lutufyan e Ivana Salfity (Llega la hora) y Julián León (Condensación No. 005).
"...en este mundo la belleza es común" Borges "Lo que bien amas nunca perece,..." Bolaño "Welcome, O life, I go to encounter for the millionth time the reality of experience and to forge in the smithy of my soul the uncreated conscience of my race. Old father, old artificer, stand me now and ever in good stead." Joyce
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sábado, 29 de junio de 2013
sábado, 1 de junio de 2013
Percepción y engranajes de la fotografía
¿Qué es lo importante? Percibir. Estar alerta todo el tiempo. El fotógrafo trabaja directamente con el material percibido: las luces y las sombras, el encanto de la perspectiva, el color. Todo eso entra en sus ojos para explotar dentro de ellos en arborescencias nerviosas. El fotógrafo elige, encuadra aquí y evita lo de allá, realza estas sombras y apaga aquel fondo. La operación es compleja, lo que comienza como una percepción azarosa acaba produciendo una compleja ingeniería de la imagen. Todo sucede en segundos. Las decisiones son cruciales. A veces es la suerte la que puede darnos fotografías felices. La realidad entera está frente a uno en su total magnificencia y se nos muestra hermosa e imposible. Si uno sacara fotos tan enormes como el horizonte, la realidad quedaría abolida, el enigma de Borges y de los mapas de China comienza de nuevo. Es inevitable cortar, separar, sugerir. En el terreno de las insinuaciones y los misterios se mueve la fotografía.
martes, 28 de mayo de 2013
Mi primer Hiroshima
Metáfora del impacto, del desgarro y de las huellas. Aquí se enmarca la obra, con solo dos actores, una pareja: ella aviadora (María Canale), él (Julian Infantino) prácticamente todo el tiempo mudo, ella monologando la historia de un amor frustrado. Eventualmente, después de tanta felicidad, de llevarlo a él en su avioneta cuando estaba dormido, tenía que caer la inmensa y terrible bomba, los golpes además de fuertes dejaron marcas, surcos en la ajada tierra del desamparo. Hay que esperar a que la tierra sane, a que los surcos se llenen. Pero como la radiactividad, siempre queda un resquemor latente, un miedo a no poder olvidar, o mejor dicho, miedo a que tanto amor quede sepultado y aniquilado en el sótano del olvido,-¿cómo deshacernos de los momentos felices?- y entonces recordamos, nos aferramos a esa cosa que parecía darnos sentido, que al menos en la destrucción nos había dejado vivos y con marcas para probarlo. Tristeza que combate para arraigarse a su fuente pero para transformarla en su opuesto. Ellos abrazados viendo un partido de boxeo, viendo su propio fracaso con una suerte de distanciamiento grotesco y gracioso, de risa cómplice que parece prometer un futuro, esos horizontes de los que se nutre la esperanza.
Texto y Dirección: Camila Fabbri
Lugar: Elefante Club de Teatro, Guardia Vieja 4257
Viernes 21 hs.
Texto y Dirección: Camila Fabbri
Lugar: Elefante Club de Teatro, Guardia Vieja 4257
Viernes 21 hs.
Art Centre/South Florida
This will be the
chronicle of an experience, as every chronicle in a way, but also an excuse to
put a shapeless matter full of tensions and detours and additions of my thoughts
into a more or less organised form.
The setting: Miami , a holiday trip
with my family and our classical walks along Lincoln Road . The atypical comes now: ArtCentre/SouthFlorida,
a place which I already knew but which I had not investigated properly before.
Now I took the trouble to enter. I expected something quite ordinary, to see
some art pieces hanging on the walls, but instead I found an enormous building
thriving with studios where artists created, red and chatted and I could be a
witness of all that. I could give the same steps the artist gave, on the same
floor, try to imagine the same problems and internal discussions the studio
conveyed in its own particular way, since each room was a sphere different from
the rest. Each environment bore a different aesthetic and, consequently brought
to the mind variegated issues that where intimate to the artist that was
working in that space. There was an apparent contradiction in seeing so many
different styles brought together in one place, but that is how the place
vibrated with its own special tone. You could see colours displayed in all the
forms one can imagine, you could see realistic works, collages with strips of
newspapers or magazines, paintings with watercolours and much more.
I happened to
talk with one of the artists: Babette Herschberger. She was very nice and was
willing to discuss my doubts over the place, and to listen my improvised
comments on her work. Once in Argentina ,
I was able to see thanks to the Internet (http://www.babetteherschberger.com/Babette_Herschberger/Home.html) and to the recollection
of my memory her work with more critical and attentive eyes.
Babette is a real
admirer of colour. I think that working with one or a couple of colours is just
as difficult as working with the whole lot of them. How can I convey with the
sole use of tonality the intricacy of emotions and the depth of the spirit?
Hell of a task! Babette has succeeded at portraying a vast range of emotional
states. Joy and melancholy have been imprinted on the canvas thanks to the
brilliancy of colours, the suggestive nature of dripping paint, the merging
surfaces of colours which are not usually plane but full of texture and
delicate variations in hue, depth and volume. Her works have adopted at times
rational configurations-especially her construction-pieces-. I also see some
influence of Mondrian in the way of dividing the plane in some canvases, but
her approach as she says
in her statement is intuitive and intuition remains to be the most powerful
weapon she has to start a work and to get through it. When is the right moment
to stop? She answers: when no action produces a reaction. She is absolutely
clear at explaining the way she works. This precision has made me think a lot,
since it is the expression of a style - irreplaceable- , that which some day I
may achieve at writing (at least I hope so, since style is the true expression
of an individuality).
I did not know
how to approach this universe of experiences so I tried beginning with the
words that I found first, and then trying to unwind the complex ball. English
is a language that I love, but for some time I had stopped writing. This
chronicle has worked as a new approach to the English words which at first were
heavy and difficult to carry in my mouth till they became flexible and friendly
for expressing myself.
sábado, 11 de mayo de 2013
Los embajadores
“(…)yo
creo que si uno fuera un poeta sentiría cada momento como poético. Es decir, uno viviría amando la vida,(…)” Borges
Decir que vivimos en Buenos
Aires es declarar dos cosas al mismo tiempo: que estamos en Buenos Aires y que a la vez no lo estamos. En cada rincón, calle, cartel hay manos
extranjeras. Esta afirmación no es solo geográfica sino espiritual. A la vez
que nos sentimos pertenecientes a un lugar determinado, cruzar la calle significa
cruzar un abismo.
Julián León Camargo y
Sebastián Camacho encontraron en la tímida calle Bogotá reminiscencias de su
país de origen. En Buenos Aires está Bogotá como en una matryoshka, y así
tantas cosas más que esperan ser descubiertas.
De la basura encontrada en
esa calle salieron las bases de esta muestra hecha por artistas que se saben
extranjeros en una tierra que sin embargo homenajean. Los objetos interesantes
fueron fotografiados como si fuesen joyas discretas-así dice Houellebecq de las
primeras fotos de Jed Martin-. La planta de abajo es una suerte de preludio, la
imagen de una amistad artística; la segunda planta no deja dudas de la
presencia de dos hombres distintos, que crearon en conjunto obras que se
enlazan perfectamente.
De la intertextualidad con
el cuadro Los embajadores de Holbein
surge un trabajo con técnicas opuestas. Julián León Camargo tomó los colores
del telón de la pintura e hizo otros de acrílico sostenidos por maderas.
Sebastian Camacho se decidió por la calavera deformada y la dibujó en su
proporción normal con lápices de distinta dureza, pero con la particularidad de
usar solo un lápiz por obra, guardando los residuos en cajas expuestas en la
galería y sin poner atención a si la calavera quedaba terminada o no. De ese
cuadro renacentista, los artistas tomaron dos elementos verdaderamente barrocos.
Caminar entre las obras era, en algún aspecto, caminar entre tumbas y
esqueletos, entre paños brillantes de un teatro del azar y de la decadencia. La
basura de la calle Bogotá de Buenos Aires sostiene, conceptualmente y
gráficamente, los telones de un teatro de calaveras que nos recuerdan que
moriremos. De ser extranjeros colombianos en Argentina, pasamos a ser eternos
extranjeros en el mundo cotidiano, incesantemente cambiante y misterioso. El
artista es el extranjero por excelencia. Pero ese estado de ambigüedad e
indefinición no puede durar, difícilmente soportemos vivir en el núcleo del
abismo. El artista ama la vida más que nadie, con complejidad y sin soberbia,
él se afinca en todos lados, porque en todas partes ve el revés amigable de las
cosas. No hay angustia en las calaveras de Sebastián, hechas con una delicadeza
de orfebre. La variedad de valores de grises les da una profundidad virtual como
si las calaveras fueran tres y una sola al mismo tiempo. No hay terror en los
brillantes telones de Julián destinados a la destrucción por la delicadeza del
material que pende llanamente de maderos. Pero más que los telones, de evidente
efectividad y elocuencia, quiero notar un montículo de láminas de acrílico de
varios colores en un rincón. Esos residuos juntados en una pequeña torre son un
juego, un testimonio de sobriedad y, en fin, la visión de que las cosas
relegadas deben ser las más tenidas en cuenta. ¿No son también acaso las
calaveras residuos de hombre?
El trabajo que comenzó como
una empresa íntima de retorno a la ciudad materna se convirtió en una empresa
espiritual sin límites de nación, pues ya los límites de lo humano bastan para
que nos sintamos embajadores a un tiempo, locales a otro, ya sea que nos
extrañe o nos parezca propia la tierra donde vivimos, los amigos que nos
hacemos, las calles y los templos que frecuentamos.
Lugar: Galería AMA Venezuela 458, San Telmo.
jueves, 9 de mayo de 2013
...
Es tiempo de hacer silencio...Tengo que escribir y no hacer otra cosa, leer hasta que los ojos no me den más, aceptar las miserias de mi espíritu, mirar únicamente en mi interior, crear un estilo; y finalmente amar el de los otros.
miércoles, 1 de mayo de 2013
Fotografía
Quiero sacar fotos copadas pero en mi interior habita un vacío espantoso, grande como el de una hoja en blanco. Siento que ese vacío se parece a la esterilidad. La realidad toda es una gigantesca sábana de pliegues cromáticos y texturas y yo la veo tan plana y prosaica. En verdad, no es la realidad, sino yo, mi ojo es chato e insulso. VER esa es mi obsesión primera, ver desde todos los ángulos, fraccionando la realidad a mi gusto, torciéndola con el lente de mi cámara, arrancándole con violencia la fuerza de las sombras, permitiendo que su tranquilidad persista en el fluir continuo del rollo de papel fotográfico. Esas cosas anhelo...no entiendo por qué mi interior se resiste a deseos tan fuertes...
sábado, 27 de abril de 2013
Imagenes
"¿Acaso soy consciente de las imágenes? Creo que sí, soy terriblemente consciente que entre las personas y yo se interpone un muro de imagenes. De algunas soy yo el responsable, otras las crean mis amigos y conocidos. Todo el tiempo proliferan imágenes mías, es una planta feroz; me entrego al prójimo con una inocencia ilusoria, para darme cuenta que creo imágenes. Las personas que me conocen las guardan en sus memorias, es con ellas con quien tienen verdadero trato. ¿Por qué las imágenes nos condenan a esta soledad? No sé qué piensan los hombres de mí, ni qué piensan de mis imágenes, ni siquiera sé si me juzgan por éstas o se dan cuenta que son máscaras involuntarias. Quiero encontrar el centro de mí mismo, esa parte que como dice Borges no es tocada por el tiempo ni la adversidad, ese centro sin el cual la vida se volvería inconfesable, ese núcleo que hoy ofrendo con manos desnudas a mis amigos,tesoro milagroso, a mi familia, suelo de un templo, y a todos aquellos por los que alguna vez profesé amor o que gratuitamente me lo donaron."
Así pensaba Jerónimo Trinto mientras miraba por la ventana de su hotel, empañada por el enorme frío del invierno de Berlín. No podía ver nada del paisaje urbano que a veces lo consolaba, el iris de su ojo derecho estaba grande como una esmeralda. Tenía la vista fija en él, porque en las horas tristes se le insunuaba una revelación sin tristezas.
Así pensaba Jerónimo Trinto mientras miraba por la ventana de su hotel, empañada por el enorme frío del invierno de Berlín. No podía ver nada del paisaje urbano que a veces lo consolaba, el iris de su ojo derecho estaba grande como una esmeralda. Tenía la vista fija en él, porque en las horas tristes se le insunuaba una revelación sin tristezas.
miércoles, 24 de abril de 2013
BAFICI Película 5: Vers Madrid-The burning bright
Asombroso documental. Blancoynegro. Las cosas tienen otra profundidad en blanco y negro. La cámara es más arriesgada. No puede caer en clichés u opciones fáciles. El blanco y negro es un arma de doble filo, una técnica "artística" y por eso más vulnerable. Tiene que defenderse para crear arte auténtico, las sombras son tan bellas y enigmáticas, si no están vivas de verdad, caen y se rompen y muestran que estaban huecas. La cámara de Sylvain George en el fragor de los acontecimientos filma con una perspectiva alucinante, con tomas desde abajo, en general, como pidiéndole a los acontecimientos que le permitan registrarlo todo. Todo el tiempo está expectante, el yo invisible. A veces toma de arriba las multitudes. Pero en general está cerca de las personas y de los objetos. Está en medio de las asambleas, casi parece que teme debatir con los que hablan, no quiere interrumpir la potencia de los eventos que filma. No por eso es ingenuo, está decidido a conseguir algo parecido a la verdad, a ser honesto, que es lo más preciado a lo que puede aspirar. Filma a los indignados desde sus primeras manifestaciones, pasando por sus épicas organizaciones que prometen libertad e independencia hasta los momentos trágicos de la represión policial, el ingreso paulatino de estas personas-mayormente jóvenes pero también hay adultos y gente mayor- y de sus esfuerzos al terreno de la marginalidad, la indiferencia y naturalmente del miedo. No al olvido, gracias al cielo, porque la imagen preservó los rostros fugitivos de los millones que por un momento se alinearon en filas homogéneas para la consecución de un bien común. Gracias a cartas del cineasta también podemos conocer la punta del iceberg de los manejos y las presiones sociales y políticas que están latentes en eventos históricos como este, cuando la sociedad y el sistema muestran su propia corrupción, su lado terrible y vetusto. Se prefiere la negación. Ver es tan insoportable a veces.
viernes, 19 de abril de 2013
BAFICI Película 4: The City Below
Extraña. Bizarra. De altura. Bifronte. Bilateral. Ambigua. Nublada. Esas cosas que uno siente al ver que el mundo que se gesta delante nuestro parece por momentos tener sentido, otros no, dentro de una estética realista, por momentos grotesca, por otros repulsiva-como una escena en que un joven se inyecta lo que parece droga, escena que a primera vista todavía no puedo entender en el continuum de la película-. A veces los eventos transcurrían con extraña lentitud. Digo extraña porque la lentitud se percibía como tal-miraba el reloj porque la película me aburría- pero no disgustaba porque el film nunca es desprolijo o mediocre. Todas las escenas están pensadas y calibradas. Hay escenas de gran intensidad, otras de belleza estática, otras de inquietante tensión solamente articulada gracias al silencio de los personajes, a las miradas, a la posición de los cuerpos, a la música de fondo...
No dejo de pensar que hay un todo que se malogra. Ninguna escena es mala, hay muchas que son increíbles y sin embargo se perciben como dispersas, como si pudiese hablar de un 'realismo inverosímil' pues hay situaciones que devienen en otras a través de actitudes o mecanismos improbables, hasta incoherentes. La explicación es vaga, y justifico la película, más allá de sus muchos aciertos estéticos, por haberme hecho pensar todo esto. No sé hasta qué punto la falta de un hilo argumental más definido o la inclusión de absurdos en una ficción realista son operaciones soportables por la película, que en lugar de disfrutarla la pensamos. Esta inquietud podría contestarse con verla de nuevo. Si luego de propiciar el desarrollo intelectual, la obra me educa para que la disfrute entonces es auténticamente buena; si en cambio solo busca hacerme encontrar presupuestos que no existen en la base de la obra, o razonamientos que nunca cuadran, con lo cual el goce siempre está amurado por el aburrimiento o el intelectualismo...entonces la obra debe ir al tacho o a una repisa para ser archivada, trágico fin.
No creo que ésta sea una película para descartar, no obstante. También podría admitir la tesis discreta de haber visto una película con varias virtudes y cosas que en mi deficiencia o con razón me disgustaron y puedo calificar de errores. Opciones y más opciones. Un film lleno de ambigüedades y rarificaciones.
No dejo de pensar que hay un todo que se malogra. Ninguna escena es mala, hay muchas que son increíbles y sin embargo se perciben como dispersas, como si pudiese hablar de un 'realismo inverosímil' pues hay situaciones que devienen en otras a través de actitudes o mecanismos improbables, hasta incoherentes. La explicación es vaga, y justifico la película, más allá de sus muchos aciertos estéticos, por haberme hecho pensar todo esto. No sé hasta qué punto la falta de un hilo argumental más definido o la inclusión de absurdos en una ficción realista son operaciones soportables por la película, que en lugar de disfrutarla la pensamos. Esta inquietud podría contestarse con verla de nuevo. Si luego de propiciar el desarrollo intelectual, la obra me educa para que la disfrute entonces es auténticamente buena; si en cambio solo busca hacerme encontrar presupuestos que no existen en la base de la obra, o razonamientos que nunca cuadran, con lo cual el goce siempre está amurado por el aburrimiento o el intelectualismo...entonces la obra debe ir al tacho o a una repisa para ser archivada, trágico fin.
No creo que ésta sea una película para descartar, no obstante. También podría admitir la tesis discreta de haber visto una película con varias virtudes y cosas que en mi deficiencia o con razón me disgustaron y puedo calificar de errores. Opciones y más opciones. Un film lleno de ambigüedades y rarificaciones.
No-Retornable
No se pierdan el nuevo número de la Revista No-Retornable (http://www.no-retornable.com.ar/v13/bienvenida/) y para el que quiera puede leer mi reseña sobre la novela Última resaca de Patrick Hamilton (http://www.no-retornable.com.ar/v13/nuevo/hamelau.html). Espero les guste. ¡Un abrazo a todos!
miércoles, 17 de abril de 2013
BAFICI Película 3: Acá adentro
Divertida. Me reí. Necesitábamos cortar con la racha de películas con temas graves y tratados desde perspectivas serias y algo desesperantes por momentos-no hablo de la naturaleza artística de las películas pasadas, desde ya se entiende-. Esta comedia no es menos profunda, solo que llega allí a través de la risa. Todo el film de aproximadamente una hora-tiempo justo, más sería abuso, caería en el total aburrimiento y el desgaste- es un monólogo de un escritor de cine talentoso de 25 años, pero frustrado que acaba de cortar con su novia y que escribe el guión de una película, protagonizada por una pareja de enamorados con los que no termina pasando nada. Las palabras son un profundo, risible, neurótico, chistoso, obsesivo, interesantemente intrépido y absurdo monólogo interior que tiene la maravillosa particular de hacer presente al espectador el mundo de la mente y su presencia concreta en el diario desarrollarse de la vida. Esto produjo que hoy o ayer a la mañana mientras tomaba el colectivo y pensaba en el colectivo que estaba tomando, en la gente que veía alrededor, en las paradas que faltaban y mientras repasaba algunas de las obsesiones que me aquejan, me viera en la película que acababa de ver. Otra cosa que me gusta de esta obra es que ese aspecto risible y optimista está presente en el modo de filmación. Casi todas las imágenes son a plena luz del día, los colores resaltan, se juega con el desenfoque de los fondos, con el color de las cosas que rodean al personajes, hasta cuando va al supermercado...todo eso construye un mundo de impresiones muy vívidas, confortables para el espectador. Por supuesto que al mismo tiempo el narrador le puede estar contando que si no hace tal o cual cosa de esta manera el mundo podría descompensarse y él podría morir o matar a alguien, y así y todo nos reímos de esta tragedia íntima, de un pensamiento que muchos pueden practicar o tener y que, sin embargo, verbalizado suena absurdo. Muchos mecanismos de la vida cotidiana se escenifican, ridiculizan y afirman. Siempre tenemos una sonrisa con este personaje, una mueca que oscila entre la contención y la carcajada, la risa indulgente y la empática.
domingo, 14 de abril de 2013
BAFICI Película 2: Call Girl
Nausea. Belleza formal, belleza de la voluntad que puede ser incansable pero no puede eludir la muerte a la que la someten los asesinos, los hombres mediocres que tienen a la mano el poder, un cuchillo, un auto, o la voluntad del pueblo engañado con descaro. La película cuenta un escándalo político en Suecia, relacionado con una red de prostitución VIP que involucró a menores de edad. El sarcasmo grotesco desborda por todos lados, la madama es enjuiciada, luego pseudo-condenada y posteriormente liberada por sus mismos clientes. De la opulencia del mundo de los políticos, jefes de policía, gente importante en general a la decadencia de Sanja e Iris atrapadas en una red de la que no pueden salir. De la actitud familiar y de madre de la madama para con sus nuevas adeptas- les compra cosas, las acaricia, les da ropa- a negarles la salida del circuito prostibulario, a pegarles una cachetada, a llevarle droga a su hijo que la desprecia y vive en el piso de abajo de ella. Ese momento de debilidad es hermoso porque rebaja a la madama y por extensión a todos a la condición de humanos, solamente eso. Pero a la vez las sensaciones se recrudecen, siento punzadas, escalofríos, porque el hombre es capaz de matar, agredir, amenazar con tal de sostener su poder, con tal de seguir cogiendo con lindas chicas...y lo más terrible es que la red es interminable, no se sabe cuáles son los límites, quiénes están de un lado y de otro, quiénes manejan más información que otros; e incluso cuando la prensa podría tener algún peso para derrumbar la estructura, se muestra inactiva, lenta y hasta servil. A veces las amenazas son muy grandes...hay que entender, por qué habríamos de quejarnos de la debilidad de los otros si nosotros no somos tan fuertes como para afrontar esos retos u otros mucho menores. Pensé entonces, a raíz también de la charla de Vargas Llosa, acerca del poder de la prensa, su enorme peso para destruir a los políticos y a muchos agentes que pretenden embaucar y traicionarnos frente a los ciudadanos, los verdaderos detentadores poder. A la vez el único contrapoder de la prensa, que también debe tener su opuesto que le marque límites, es el espíritu crítico que puede intentar discernir entre la mentira y la verdad...al parecer-y crean que no hay ironía aquí- es difícil concebir que todas las acciones por chiquitas que sean cambian el destino de todos en el mundo. Llega un momento en que nos volvemos insensibles como la piedra y no vemos que el golpe que voluntaria o involuntariamente asestamos al prójimo le duele.
SH
SH
BAFICI Película 1: Dreileben- Beats Beeing Dead
Esto no es una reseña, ni un ensayo ni ningún género académico que se le parezca. Acá empieza una serie de impresiones. Nada más que eso. No buscan informar, solo transmitir la sensación y la percepción de una obra de arte, en este caso del cine. Los tiempos acotados por las presiones de la facultad y por el número de películas van a volver esto un torrente de ideas y emociones. Posiblemente, muchos aspectos técnicos de mi vocabulario como incluso interpretaciones hechas con velocidad estén mal...pero quiero que lo esencial sea la percepción inmediata de la obra, su efecto más colosal, el primer golpe que logra asestar al cuerpo humano espectador. Dicho esto, Impresiones...
La película fue emocionante, corta, compacta, y por ese mismo motivo y la concentración de imágenes, muy efectiva. Fue tierna en muchos aspectos, hermosamente humana, con un protagonista que al tener sexo con su chica realizaba los ideales del amor y la dulzura. También fue algo neurótica, con un asesino suelto en ese lugar pequeño, un pueblo para mi, que agigantaba las posibilidades del crimen y del suspenso. Para colmo, al lado del pueblo había un enorme bosque, tenebroso y elevado, lleno de digna majestad verde, pero no por eso dejaba de ser el lugar de refugio del criminal, el lugar de paso de los personajes, el lugar donde una presencia horrible se sentía, esas presencias que preceden a la tragedia. La música, ¡qué fenómeno maravilloso! Me hacía acordar a Psicosis. Con un punto muy agudo que concentra la tensión, que hace pensar que algo siniestro está apunto de pasar. A la vez que los personajes se mueven por ese mundo, no tienen idea que el asesino los vigila. La música, el leit-motiv de la película, es profunda y espesa....suena a cada momento, no deja que nos estemos tranquilos, a lo largo de los minutos se vuelve una pequeña obsesión...un aguijón que quiere sangre de manera inesperada. Y entonces veo el bosque enorme, atravesado, tajeado por la música, y los personajes caminan en este ambiente con sus alegrías y tristezas...la belleza de lo humano que a la vez desconoce las posibilidades infinitas del futuro.
SH
La película fue emocionante, corta, compacta, y por ese mismo motivo y la concentración de imágenes, muy efectiva. Fue tierna en muchos aspectos, hermosamente humana, con un protagonista que al tener sexo con su chica realizaba los ideales del amor y la dulzura. También fue algo neurótica, con un asesino suelto en ese lugar pequeño, un pueblo para mi, que agigantaba las posibilidades del crimen y del suspenso. Para colmo, al lado del pueblo había un enorme bosque, tenebroso y elevado, lleno de digna majestad verde, pero no por eso dejaba de ser el lugar de refugio del criminal, el lugar de paso de los personajes, el lugar donde una presencia horrible se sentía, esas presencias que preceden a la tragedia. La música, ¡qué fenómeno maravilloso! Me hacía acordar a Psicosis. Con un punto muy agudo que concentra la tensión, que hace pensar que algo siniestro está apunto de pasar. A la vez que los personajes se mueven por ese mundo, no tienen idea que el asesino los vigila. La música, el leit-motiv de la película, es profunda y espesa....suena a cada momento, no deja que nos estemos tranquilos, a lo largo de los minutos se vuelve una pequeña obsesión...un aguijón que quiere sangre de manera inesperada. Y entonces veo el bosque enorme, atravesado, tajeado por la música, y los personajes caminan en este ambiente con sus alegrías y tristezas...la belleza de lo humano que a la vez desconoce las posibilidades infinitas del futuro.
SH
lunes, 8 de abril de 2013
domingo, 7 de abril de 2013
Words fail me- Virginia Woolf
Las palabras me fallan, noto más y más cómo son instrumentos, piedras-diría Paul Auster- objetos inertes que apilo a un lado mio o al otro. La palabras chocan entre sí y están huecas, no, esa imagen es demasiado, las piedras chocan y hacen ruido, en realidad no me importa si chocan o no, si suenan o no, las veo formando torres feas y siento que no valen nada. No vale la pena que las use o no, que construya edificios como un nene que juega con legos. Simplemente no dicen nada, están ahí, exhibiendo su inutilidad, ¿se burlan? Cada palabra es igual a todas las demás, si adjetivo 'hermoso' o 'bello' o 'asombroso' me parece que digo lo mismo, o que no digo nada. Los adjetivos pierden valor, ¿qué haría si perdiera valor todo el lenguaje? NO NO NO NO NO NO NO NO NO no podría permitirme eso. Pero constantemente me repito, soy como un megáfono que amplifica pero no tiene voz. Siento que debería leer bibliotecas, debería juntar palabras en mi interior y esperar que una forja oculta las transmute, las cambie, las arregle en algún poema que merezca ser escrito.
SH
SH
El acto de nombrar
Nombrar es un acto divino. Cuando Dios dijo el mundo, éste fue, decir y hacer en Él son la misma cosa. Dar nombre es dar ser. En el origen de la creación, según el Génesis, Adán y Eva dan nombre a las cosas y animales. Este acto de nombrar es llevado acabo por el artista cuando crea un poema, una pintura, una escultura. Dar nombre no es algo aleatorio sino que el nombre resignifica la obra, ésta puede entenderse a partir del nombre, en contraposición con él, incluso desde su indiferencia como en las obras contemporáneas llamadas Composición, Dibujo, Ensayo, Prueba y algún número más o menos arbitrario. Escribir algo y luego darle un título bajo el cual los demás lo reconozcan no es ni tarea sencilla ni banal, porque es gracias a ese nombre que la obra entra plenamente en el mundo de los hombres, es con ese nombre que admitimos que una cosa más pueble este mundo con propia ciudadanía. Como decía Borges, como se preguntaba el rabino de su poema, ¿por qué di en agregar a la infinita/ serie un símbolo más?...el artista se pregunta por qué nombrar esto o aquello, por qué dar a los demás una sinfonía o un grabado. A veces asistimos a una contestación misteriosa de esa Fuente Universal de donde mana el arte, a veces simplemente seguimos creando, tímidamente, esperando que esos objetos nuevos tengan algún valor que los sustente en la existencia. Otros crean por impulso, sin los engaños de la inspiración, sino por medio del trabajo incesante, de la más absoluta precisión en la palabra. El arte es la vinculación fundamental y primigenia que tiene el hombre con el cosmos. Por eso, el hábito de crear no puede detenerse, ni tampoco volverse más pobre, pues donde hay arte auténtico se esconde una luz, un eco de algo que intuimos y no llegamos a ver con claridad, de algo que se escenifica...la verdad misma, el hombre, Dios, el Amor que como dice Teresa Leonardi no puede morir.
SH
SH
Cornelia frente al espejo
La película de Daniel Rosenfeld es una esmeralda, hecha con
suma elegancia, con una precisión estética y una lucidez que no es común. Está
basada en el cuento homónimo de Silvina Ocampo y cuenta la historia de una
mujer que vuelve a la casa de su tía para suicidarse y recibe tres visitas
inesperadas.
Primero debo reconocerle al director la excelente decisión
de haber mantenido los diálogos intactos del cuento de Silvina. Realmente,
escuchar a los personajes decir las palabras de la autora es un privilegio,
nadie podría haber dicho las cosas mejor que aquella quien las creó. Por
supuesto que hacer esto supuso obstáculos para la realización de la película,
pero de la dificultad surgió la fuerza y el film lo prueba con creces. La
cantidad de registros en las palabras de Silvina es maravillosa: hay patetismo,
hay ira, hay desconcierto, hay humor, hay sarcasmo, hay teatralidad…además de
que escuchar a Cornelia en carne y hueso- posible en el cine gracias a Eugenia
Capizzano que lo hace increíblemente bien- hablar las palabras de un libro de
papel y tinta es un contraste más que agradable.
Paso a enumerar aciertos, luego me detendré en mi
experiencia. La música es exquisita, actúa en la medida justa, intensifica o
suspende el sentimiento, por momentos ella es la protagonista, ella es
Cornelia. La película comienza con los grabados de Max Ernst que son bellísimos
y extravagantes, escenas cotidianas pero dadas vuelta con algún personaje
metamorfoseado total o parcialmente en animal. Estas monstruosidades ya nos
anticipan la ambigüedad de la película, su carácter fronterizo, sus vaivenes
entre el sueño y la realidad, entre lo surreal y lo real, entre lo absurdo y lo
lógico. Las actuaciones son impecables, al igual que la fotografía, que le da
al film parte de su esplendor. La forma en que la cámara mira a través de esa
casa y circula y rodea a los personajes es fantasmagórica y misteriosa.
Ahora es tiempo de hablar de mí, de mi yo-espectador. En
arte es pecado mentir. Todas las cosas que dije son ciertas y fueron ciertas
las dos veces que vi la película. Sin embargo, la primera vez a todo esto tuve
que sumarle la percepción de mucha lentitud y de aburrimiento. ¿Cómo algo que
reconocía tan bello podía hacerme sentir aburrido? Decía interiormente…ya sé
que falta aparecer un personaje, por favor que corra el tiempo…Este
aburrimiento no invalidaba la película, ver a Cornelia con ese traje crudo
hermoso, escuchar el texto de Silvina, eso era increíble pero no desprovisto de
tediosa lentitud. Sorprendentemente, la segunda vez que vi la película todo
esto desapareció. En un momento, incrédulo, me dije a mi mismo que se me había
pasado muy rápido. Si antes había dicho que todavía faltaba un personaje, ahora
dije que tan solo faltaba esa última visita. Entonces, todas la virtudes del
film se afinaron y exaltaron, sobre todo la música y los ruidos de los
personajes caminando por la enorme casa.
Justo antes de la película, la segunda vez, estuvo Daniel
Rosenfeld y dijo una frase de Silvina: “No soy sociable, soy íntima.” De aquí
se desprende el carácter onírico del cuento/film y de la atmósfera que crea
alrededor de sí. Los eventos y los hechos suceden por causas desconocidas, los
personajes tienen motivaciones igualmente oscuras o ridículamente evidentes-
como los constantes pedidos de Cornelia a dos de sus visitas de que prometan
matarla-. El tiempo, el espacio, la misma corporeidad se desdibuja. Cuánto
tiempo sucede entre un evento y el otro, dónde están los personajes que
aparecen y desaparecen dentro de la casa, si ellos son reales o ilusorios o fantasmas
o muertos…esas son preguntas que nos hacemos y que no tienen respuesta (¡y que
así sea! O de otro modo, que aburrido sería todo). En la confluencia de tantas
cosas inciertas, algo- las características de ese algo tampoco las conozco,
puedo llamarlo belleza o arte- surge y resplandece y APARICIÓN APARICIÓN
REVELACIÓN, y nosotros, repletos de encanto y de placer.
Lola Rennt: una aventura enloquecida
Lola Rennt de Tom Tykwer cuenta la historia de una pareja en
un día muy particular. Ellos, Lola y Manny, están involucrados con algún tipo de comercio
ilegal y un hombre de poder, mafioso, pretende poner a prueba al novio.
En lugar de entregar la suma de 100.000
marcos en tiempo y forma, los deja en un subte sin querer, donde la bolsa de
dinero es robada por un mendigo. Veinte minutos antes de la entrega, Manny llama
a Lola desde un teléfono público y le pide que haga algo porque de lo contrario
es hombre muerto. ¿Cuántas cosas pueden suceder en 20 minutos? Pues infinitas,
y esto no es broma. Aquí empieza un viaje enloquecido por el tiempo y el
espacio…una verdadera maravilla fílmica.
Y esta película no es solo ese argumento, contado
linealmente. Todo está astillado en perspectivas, a partir de los distintos
personajes, a partir de la forma en que los eventos se suceden en el tiempo.
Todo es crucial en el curso de la vida humana. La más mínima diferencia cambia
todos los resultados. La contingencia es más increíble de lo que nos la
figuramos. Ese es uno de los grandes aciertos de la película. Y para mostrar
tal polifonía de situaciones y de miradas, naturalmente los recursos tenían que
multiplicarse y entrelazarse. Así es que la película además de mostrar a Lola
de carne y hueso corriendo como loca de acá para allá, nos la muestra como si
fuese un comic, se intercalan fotos de personajes en el medio de la trama,
cosas inesperadas como los gritos de Lola-que tienen la habilidad de romper las
cosas de vidrio o cristal- suceden con extraña naturalidad.
Aquí viene algo mejor. Toda esta belleza expresiva, este
inmenso mar de signos fluye dentro de los límites de una película relativamente
corta, amena, repleta de acción, de movimiento que no por eso se priva de tomas
y fotografías bellas, de momentos de humor, de suspenso e incluso de misteriosa
calma y caridad. Realmente, esta obra es compacta, fácil de disfrutar, pero no
por eso ordinaria o banal. Lo contrario, lo contrario…los engranajes se ajustan
perfectamente, a la vez que muchos elementos surrealistas cruzan el film, lo
enrarecen, diversifican, lo desdoblan para volverlo el tablero de un juego
extraño y sumamente divertido.
LOLA CORRÉ LOLA CORRÉ. Así de excitados como estamos cuando
corremos, así vamos a estar mientras vemos la película. Las cosas suceden en
modo turbo, nitro, como quieran llamarlo. Velocidad, adrenalina. Cuando algo
nos sorprende, la imagen cambia y las cosas comienzan de nuevo. Respiramos
cuando la película termina. Antes de verla, hay que tomar una gran bocanada de
aire, y después deleitarse con imágenes. Lola, su pelo rojo encendido, corto,
corré corré corré
SH
Cosas fútiles
Es bastante fácil entender la importancia de las cosas fútiles. Ellas se entienden y se disfrutan por sí mismas. Las importantes, en cambio, se ordenan a algo superior que les confiere esa importancia o ese status. Ergo, las primeras son superiores a las segundas. Por supuesto, hay cosas importantes en sí que pueden al igual que las fútiles ganar espacio en nuestra memoria o espíritu sin esfuerzo. Pero la mayoría de las cosas importantes lo son para algo, y entonces nuestra mente prefiere relegarlas al olvido y seguir jugando y experimentando en un mundo, cuyo funcionamiento desconoce teóricamente, pero al que prefiere llegar solo a partir de su vivencia mano a mano con él.
SH
SH
jueves, 21 de marzo de 2013
Intemperie: Julian Leon Camargo y Diego Atucha
La muestra surge de un encuentro casual:
una misma foto tomada tan solo con 6 meses de diferencia cuando ambos artistas
estaban en Ginebra. De esta intuición surge un universo que doy en llamar
‘ingeniería del azar y de la percepción’; mostrarlo es el propósito de estas
líneas.
En esta obra conjunta, que encubre una
muestra de fotografía urbana- pero que es mucho más que eso- cabe preguntarnos
como Danto no qué es arte-las fotografías evidentemente- sino cuándo hay arte.
La instalación en esta galería transforma la fisonomía de las paredes. El
vidrio que da al frente fue pintado de blanco, como en las refacciones de
cualquier comercio corriente y adornado con un ratón; muy cerca del suelo,
gracias a la ausencia de pintura leemos el nombre de la muestra y de sus
creadores. Entro. Veo surgir la abstracción blanca y gris de la ciudad, no de
una ciudad sino de todas o cualquiera. Baldosas de la calle rotas y
desniveladas fueron dispuestas en el suelo. Pequeñas formas de cemento están
suspendidas o en el suelo, tiras de plástico dispuestas en líneas verticales
sobre la pared, trozos de madera en balances inestables sostienen plástico o
cemento o algún tipo de basura que podría encontrarse en un lugar en
construcción, una varilla oxidada y curva cuelga a la entrada. Al fondo, un
dispositivo sostiene un par de auriculares rotos, y en una pared se exhibe la
foto doble de la intuición primera. En el suelo, en una caja tímida, se esconde
el corazón de la muestra: una serie de fotos tomadas en la ciudad de
situaciones azarosas, de objetos casi distraídos que necesitaban ser
contemplados. Los ojos de los artistas operaron esta transformación: la de
volver perdurables los gestos cotidianos de la urbe a la intemperie. EL OJO, tanto mecánico como anatómico como
espiritual, esa primacía del ojo que ve todo, que añora o intuye un
descubrimiento.
Sin embargo, ‘la obra’- qué palabra fuerte
y ambigua, anticuada y no obstante correctísima- no termina aquí, los límites
son difusos, la alquimia del arte difícilmente pueda ser encerrada. Un río de
cinta, que dentro mantenía juntas algunas baldosas, que imitaba un charco con
su reflejo, se extiende sobre la alfombra donde los espectadores esperan para
entrar. Afuera de la galería Alvear, una media fue puesta cubriendo la punta de
un barrote, un ensamblaje de madera y plástico imita la fina curvatura del hierro
de una parte de la verja, y en la calle, detrás de unos tachos grandes de
basura, en un lugar destinado para publicidad varia fue pegada una foto
ampliada que formaba parte de la exposición. ¿Podría haberme dado cuenta de
esto si los artistas no me informaban? Pues probablemente no. ¿Debería suponer
que no notar estas alteraciones que forman parte de la continuidad de la obra es
una deficiencia del espectador? Para nada. Allí está la ingeniería del azar
montada por los artistas, lista para atraer la atención del espectador, para
incitar los sentidos con las bellas dulzuras que tienen la ferocidad y la
incongruencia de la vida urbana. Pero todavía la estructura descripta no cesa,
debe sufrir un proceso en abismo. Entre las fotos hay una de una media en la
misma posición que la puesta a las afueras de la galería. Si le sacara una foto
al nuevo calcetín, ésta podría integrar la muestra o incluso otra. Podría hacer
lo mismo con el dispositivo de madera articulada semejante a un barrote, o con
la foto tapada por tachos de basura. No solo la obra misma se reproduce sino
sus fuentes. Las situaciones estéticas dignas de ser tomadas como objetos
artísticos se multiplican y cruzan el puente desde la obra a la vida. Asistimos
a un proceso en el que la repetición de gestos engendra percepciones nuevas. Ya
ni siquiera para quien asiste a esta exposición, sino para cualquiera que en su
vida cotidiana puede ser arrastrado por la sensación de que algo en esa ciudad
tan perfecta en la que vive está fuera de lugar y merece la más detenida
atención.
Cuando entramos a la exposición, solos,
siguiendo las instrucciones tiránicas de lo que Julian Camargo llamó
‘burocracia estética’, diseñadas para aumentar el sentido de espera frente a la
obra, darle el aura de lo inaudito, de lo que merece una iniciación-incluso en
la sencillez de la burocracia, que como es estética es tolerable-, primero
sentimos la inestabilidad de las baldosas, sentimos cómo golpean contra el
piso, cómo hacen un sonido que retumba en toda la sala; y esa microscópica
belleza espontánea ya insinúa los primeros pasos de la profundidad de lo que se
despliega frente a nosotros. Luego están los objetos en equilibrio inestable,
todo el mundo de la posibilidad está allí retratado, la inminencia de algo que
no sucede se nos imparte por medio de las fisonomías más rudas. Las fotografías
captan este mundo de la posibilidad, allí podemos encontrar desde cajas
apiladas a la perfección semejantes a pequeños rascacielos hasta círculos
rituales, o abrazos de cintas amarillas, o rojas y blancas entre tachos y
objetos de concreto averiados.
Los plásticos pegados en la pared en líneas
verticales funcionan como una repetición disonante. Aquí el juego del azar se
paraliza. Pero, también, no puedo dejar de mencionar el precioso texto de
Bianchi donde expone una intriga fundamental del hombre, y quizá del hombre
moderno: constantemente nos rodeamos de rutinas para notar en ellas el elemento
que sobresale, para ver más nítidamente lo extraordinario en referencia a lo
anodino-palabra bellísima con un significado desgraciado-. Las líneas si bien
inarmónicas, no dejan de tener coherencia en la integración de esta obra total
que vive en cada parte, en cada percepción, en cada encuentro fortuito con la
materia. Nada de lo que sucede en Intemperie
de Camargo y Atucha puede ser desvinculado de la arquitectura que le dio origen,
la del AZAR, y las paredes de la galería de Cecilia Caballero se han convertido
en una manifestación de esa arquitectura, evanescente y cotidiana, vivida por
todos pero vista y gozada por pocos. Decididamente, la obra de arte se muestra
como desocultamiento de la verdad; una aparición no del todo precisa,
siempre ambigua, que nos envuelve y de la que solo podemos dar cuenta por el
placer que suscita, por la infinidad de asociaciones que genera en las sinapsis
de las neuronas.
SH
domingo, 17 de marzo de 2013
"toda vida es un proceso de demolición" Fitzgerald
Ese proceso de demolición ya empezó. No tengo duda de ello. No me interesa detenerlo. En todo caso, siento que es mejor ser destruido. En la ausencia cabe un punto infinitesimal donde estoy yo y donde está mi resurrección. Entonces, solo me planteo un camino espiritual, un camino de arte, para crear, para arribar a una creación que valga algo, que sea en definitiva lo único que se le puede pedir al arte: ser auténtico y por lo tanto cierto y por lo tanto un agujero negro que se abre en la historia del mundo. Un agujero negro diminuto, imperceptible, inofensivo, pero con una fuerza sobrenatural y una profundidad igual a la del mar o la del cielo o el horizonte. Ese camino artístico es mi justificación, es la forma en que me redimo de ser banal, es el gesto más importante de mi vida-junto con el amor- el que me puede llevar al centro oscuro de mi alma, al centro infranqueable del alma ajena, a Dios. Entonces, AQUÍ ESTOY MARTILLOS, GOLPES, BALLESTAS, ARMAMENTO, VENENOS AÉREOS Y ACUÁTICOS, MACHETES, GRUAS DEMOLEDORAS... demuélanme, háganme arrodillarme, háganme conocer el peso de las palabras, el silencio, el trazo del lápiz, la densidad del color, la potencia de una melodía...ya llega la disciplina, me desvanezco, me pierdo en los laberintos de mi propia carne, es un consuelo que sea mi carne y no la de otro, la salida está en alguna parte, el camino artístico es igual a la manera acertada de salir del laberinto. Para poder traspasar por el umbral de la salida, primero he de morir de hambre...
SH
SH
Sobre la religión
La belleza de la Iglesia se ha perdido, diría que ya esta perdida. La misa, la liturgia, los rezos, todo está repleto de símbolos que el hombre moderno no puede ni comprender ni descifrar. El costado material de los símbolos es visto como opulencia(varias veces con razón), este ya no produce ningún gesto sagrado, los hombres sienten que tal o cual ofrenda está vacía, solo reluce de banalidad. Entonces, llegado este momento, creo que solo queda el vacío, solo en la aniquilación, en la abolición de todo lo que es obsoleto puede haber esperanza de ver a Dios. La barreras que el hombre ha inventado, que a cada paso de la vida nos distinguen, nos separan, todas esas barreras me parecen ilusorias. No digo que no sean necesarias, eso no las excluye de ser una benigna ilusión. Entonces, quizás en el vacío es que podamos ver a Dios, para luego recuperar siquiera un poco, en la forma del estudio o de la nostalgia, la variedad de símbolos que hoy alberga tanto la iglesia católica como todas las religiones auténticas que están dispersas sobre la Tierra. Un Papa, llamado Francisco, puede ser un signo de renovación. También puede no serlo. Tan simple es el binomio, si o no...me gusta pensar que muchos cambios vienen en favor del hombre, no lo sé...solamente me gusta pensarlo, y en ese gusto está puesto un deseo. Un esfuerzo algo incoherente por otro lado, porque no es posible que quiera cargar la restauración de cierta parte del mundo-físico y espiritual- en una sola persona. Tengo que cambiar yo, el otro, el otro, el otro, el otro...una cadena infinita del tamaño de la esperanza.
SH
SH
miércoles, 13 de marzo de 2013
The New York Trilogy by Paul Auster
Acabo de terminar el libro. Quiero que este blog retenga mis impresiones tan vividas y tan equivocadas como puedan estar de este libro maravilloso.'Increible' es lo unico que me sale decir. No creo ni exagerar ni caer en un error. Todas las palabras en este libro fluyen. Me asombra tanto, como le habran venido a Auster las ideas, los personajes, la trama; y mas importante aun, como todo eso fue canalizado en palabras tan sencillas, tan perfectamente combinadas, dotadas de una firmeza sobrenatural, tanta como para decir-y velar- los secretos mas abigarrados del corazon del hombre, y a la vez palabras tersas, sutiles, justas, liquidas. Es parecido a los mares de la costa italiana o de otros lugares, donde el agua es tan clara como para que uno se deleite en las tonalidades que van desde el safiro al esmeralda, pero donde a la vez esas aguas claras son tan profundas como para esconder otras en donde no penetra la luz, en donde los peces tienen dientes afilados, cuerpos fosforescentes y hasta aguijones venenosos. Esas mismas aguas playas y tranquilas en la orilla y furiosas y mortales mar adentro. Toda esa variedad es comun al mar, al cielo estrellado y a esta trilogia de Auster. Los eventos tambien parecen totalmente posibles, unos se deslizan en otros y en otros, pero nada parece hecho por la logica sino por el azar. Es el AZAR, es su fuerza sencilla e inalienable la que penetra todos los personajes y todas las acciones. Todo es obra del azar, las coincidencias de los nombres, la eleccion de un cuaderno rojo, los encuentros de los personajes, los lazos entre una ficcion y otra, entre las novelas y entre todas las correpondencias literarias que oculta o expresamente encierra el libro. Tambien es cierto que todas esas coincidencias podrian ser parte de un plan. Si me pusiera a analizar, veria que muchas de ellas tienen mas sentido de lo que mi vista ahora puede penetrar-tampoco estoy tan seguro porque las razones por las que actuan muchos personajes son desconocidas o contadas por gente que no tuvo contacto directo con los hechos-. Pero, sinceramente, no me importa. En realidad un poco si, descubrir las motivaciones de esas correspondencias es un trabajo interesante, me volveria un detective de los personajes de Auster, y eso tiene mucha onda. No obstante, toda esa estructura no funcionaria si no fuera presentada bajo la apariencia del azar-que no es lo mismo que decir que es el azar mismo? me pregunto-. Si yo no sintiera esa belleza inocente de la coincidencia, entonces muchas de las alegrias de este libro desaparecerian. En serio pienso que The New York Trilogy fue una aventura grande para mi, llena de cosas misteriosas y llena de lineas felices que me dieron escalofrios y me hicieron tener la piel de gallina. Creo que eso es la literatura y ya con eso tengo bastante.
SH
(el teclado que uso no tiene tildes)
SH
(el teclado que uso no tiene tildes)
lunes, 25 de febrero de 2013
Nada y Todo. 4 miradas en 4 paredes. Diversidad de las formas.
Del 14 de febrero al 23 de febrero, curada por Rodrigo Alonso, en
la Galería Gachi Prieto (Uriarte 1976) se presentó una muestra colectiva que
involucró a cuatro artistas de arte contemporáneo: Diego Atucha, Julián Leon
Camargo, Kirsten Mosel y Tadeo Muleiro.
Kirsten Mosel ha decidido intervenir la pared únicamente
utilizando el color negro- nada más ni nada menos-. La pared blanca ejerce un
encanto, una atracción. La pintura se sale de los límites habituales. Puedo
sentir el espacio. Y más curioso aún es el método de trabajo de la artista, a
través de stencils, de cutouts con
los que marca figuras, las rellena o las delinea para formar positivos y negativos
de una misma forma. Lo blanco y lo negro comienzan a tener la misma validez,
batallan, se amigan, se funden. La abstracción de esas formas puras y de esas
líneas deriva luego en una sustracción, en algo que falta, como expresa la
artista a propósito de su metodología. En el acto de pintar es como si
sustrajera al fondo parte de sí para invadirlo con una forma extraña o,
viceversa, es como si del fondo escarbara una forma latente detrás del
muro blanco.
Tedeo Muleiro optó por pinturas, donde representa a
divinidades populares de los pueblos americanos como la Pachamama. El dibujo y
el color se asemejan al comic pero el contenido supone su base en culturas
ancestrales…el arte entrecruza lo más lejano con lo cotidiano.
Las fotografías de Diego Atucha son de una calidad sorprendente,
la gravidez que pesa en ellas parece estar en su semejanza con las galaxias. El
negro lo abisma todo, la mirada se pierde descifrando las líneas y colores; y
luego me entero que son fotografías de basura. El manejo de la materia
desechada es asombroso, el arte puede elevar lo en apariencia decadente y darle
formas bellas para contemplar.
Julian Camargo decide trabajar en primer lugar con la
desautomatización de la obra de arte. Hay tres piezas expuestas: una hecha de
madera ensamblada pintada de blanco con una punta de color reside en un rincón
apoyada, luego otra pequeña escultura plana de poco volumen está pegada en lo
alto de la pared con cinta y por ultimo una gran escultura de maderas
ensambladas con un caño de luz encendido reposando sobre un montículo de cintas
adhesivas. Los límites de las obras se difuminan. El uso de la basura y de
material reciclado en el terreno del arte es notorio. Como hubiera dicho
Warhol, “siempre he creído que las cosas desechadas y que todos saben que no
valen para nada pueden ser potencialmente divertidas.” También vibra en estas
esculturas cierta frialdad, aquella frialdad que proviene de una obra más para
ser pensada que contemplada con los sentidos. Este movimiento es
contrarrestado, no obstante, por otro: uno de sorprendente amor por la materia,
por la luz, por la madera, por los colores vivos que en la aparente decadencia
del material surgen para restituirle una nobleza antigua asociada con el agrado
por el color. Esos productos urbanos desechados que no pueden volver al estado
de pureza prístina deben en su alteridad ser transformados por el arte y exigir
la contemplación del espectador desde su humildad de materiales rechazados. El
azar transformado en causalidad artística es fuente de belleza. Y cuando uno
acostumbra los ojos a estas esculturas, surge una extraña amistad.
En cuatro paredes, cuatro artistas con estilos distintos afirmaron cada uno su presencia particular, su concepción del arte; en definitiva la forma en que cada uno de ellos aborda las facetas de lo real. Cada vez que interactuamos con una obra de arte es como aprender a ver la otra cara de la moneda o las rayas ocultas del tigre, o a verlas de nuevo y ser consciente de que las vimos.
SH
domingo, 17 de febrero de 2013
Sin nombre
Expurgo a los demonios de mi carne
Yo soy mi propio sacerdote
¿Qué habita mis células?
¿Qué intentan decir los músculos que me hacen temblar?
Allí...pienso, una serpiente me recorre el cuerpo,
Un tigre le da un zarpazo a un abismo secreto
a un vacío
¿Incito rebeliones dentro mío a expensas de muertos y hombres queridos?
¿Hay algún lugar que pueda llamar Paraíso fuera de los límites de mi piel?
Sostengo el rostro que me da la vuelta
y quiero mirarme triste o feliz (¿llorando?)
¿Hay rebeldía en el brillo de mis ojos?
¿Soy capaz de la palabra y del silencio? (Me susurro una respuesta)
De camino a la Fuente y a mí mismo
me desnudo por jardines
sin sentir vergüenza.
Yo soy mi propio sacerdote
¿Qué habita mis células?
¿Qué intentan decir los músculos que me hacen temblar?
Allí...pienso, una serpiente me recorre el cuerpo,
Un tigre le da un zarpazo a un abismo secreto
a un vacío
¿Incito rebeliones dentro mío a expensas de muertos y hombres queridos?
¿Hay algún lugar que pueda llamar Paraíso fuera de los límites de mi piel?
Sostengo el rostro que me da la vuelta
y quiero mirarme triste o feliz (¿llorando?)
¿Hay rebeldía en el brillo de mis ojos?
¿Soy capaz de la palabra y del silencio? (Me susurro una respuesta)
De camino a la Fuente y a mí mismo
me desnudo por jardines
sin sentir vergüenza.
En ese hobby de amarte...
En ese hobby de amarte
se me fueron las horas, los versos, las inquietudes
de manera sigilosa.
No supe cómo decírtelo hasta que te lo dije.
Inutilmente te me miré y me miraste
(espejos enfrentados ad infinitum)
Te robé un beso y más no pude
Ya hubiese sido raptarte
Años después nos encontramos
para vernos
y fuimos felices.
se me fueron las horas, los versos, las inquietudes
de manera sigilosa.
No supe cómo decírtelo hasta que te lo dije.
Inutilmente te me miré y me miraste
(espejos enfrentados ad infinitum)
Te robé un beso y más no pude
Ya hubiese sido raptarte
Años después nos encontramos
para vernos
y fuimos felices.
The other fase of the coin
I have been looking incessantly. Staring reaches a point in which it makes my eyes sore and tired. Patience is a discipline not easy for all. It seems only attained thanks to great force of spirit. Indeed, I am paid to watch over a man naked in a room. The room has no objets. It is just this man, some kind of Adam, who does not care about clothes and only sits there all day long, writing on what appears to be a red notebook. I don't know what or why he writes with such vehemence. I would like to know, it would probably help me with the case, even absolve me of such boring a job. But I was absolutely prohibited from making any contact with the suspect. So tough luck...Every morning somebody brings food to him. It's a woman, not pretty for that matter, but certainly sexy. They never interact. Sometimes I wonder if he is not actually a prisoner, if i should not inform the police about it...but the guy shows no resistance, so I suppose he is there on his own will. I have noticed that a mechanism in the blinds avoids daylight to enter the room, thus avoiding my vision as well. Each day, the blinds seem to close a bit earlier. I have seen this naked man eat and write, his only activities. Now he tends to eat more rapidly, almost in a rush, in order to be able to write more. I have seen him in scrupulous meditation against the white page, he fairly moves, his forehead is wrinkled in deep thought. I can only assume that his notebook is the only one he has, and that when the blinds are closed he is obliged into darkness. How terrible it would be to stare all day long into the dark, empty ceiling. Of course it is not very different from what I do. I have only been informed that the man is named Daniel Quinn and that he used to be some kind of writer, not very well-known. What terrible city, New York! Where everybody can be watched by anyone. All walls seem forged of pure glass, each thing we see has the appearance of an illusion.
To Paul Auster.
sábado, 9 de febrero de 2013
Microrelatos
1 Sentí intensamente que la amaba sin conocerla; y ella ignorante detrás de esas rejas...
2 Nunca había notado que mi muñeco articulado de madera podía moverse como nosotros. El día que lo vi dibujando o haciéndome el desayuno, no me pareció extraño o irreal.
3 Con la simpleza de su mano, intervino mi alma y se apoderó de ella.
4 -Dame lo que me pertenece, forro-dije con toda la ira que pude expresar- No te das cuenta de que sos viejo. Pronto lo perderás todo, indistintamente.
5 Voy caminando por la calle. Un pibe bien vestido y de facciones definidas y atractivas se acerca en dirección opuesta y me pasa por al lado. Un segundo antes del cruce lo miro, me parece que no hay nada de malo en mirar, él también me mira y creo que sonríe. En realidad, solo puedo afirmar ese 'creo' porque tengo lentes de contacto puestas y no veo bien. Esa sonrisa posiblemente haya sido un engaño de las putas lentes a las que no me acostumbro. O puede que me haya sonreído, esa sonrisa-ilusión de mi vista era bella, tenía una línea fina y ondulante, una leve mueca en el cachete que la volvía mansa y amigable. Insospechadamente, pensé que algo sucedía en el azar de la calle.
martes, 5 de febrero de 2013
Mmmm...
Firmemente creo que la única realidad que existe es la que vemos, tocamos, olemos, sentimos, amamos, la que nos deja ver la razón en una de sus facetas y la que nuestra voluntad día a día se toma el trabajo de cambiar y reafirmar. Esta realidad está multiplicada por todas las almas del mundo, las conozcamos o no, las apreciemos o no, las consideremos o no. Todo es una enorme selva de bambú, atravesada por nubes y flores que refractan la luz...a veces vemos o nos obnubilamos. La realidad, insoportablemente, provechosamente, intensamente nos envuelve día a día, esa selva es irremediable pero grito y brindo porque así sea. A veces me derrota...¿desearía no ser derrotado? Mis manos se levantan al sol, al irreverente sol que admiro.
sábado, 5 de enero de 2013
Reivindicación de la Soledad
Aquí está de nuevo una amiga con mala prensa. A mí me encanta jugar a estar solo, con la Soledad. Juego a muchas cosas. Ella me aconseja antes de salir, cuando estoy solo frente al espejo, cómo me queda la ropa. También está conmigo cuando leo y cuando escribo. Me mira, con lentitud e inocencia. A veces le pido su opinión. Converso con ella sobre alguna escena compleja o sobre la belleza de un verso. Pero la Soledad no está siempre en casa, la saco a pasear. Cuando voy a un café, siempre pido una silla para ella. No suele tomar nada, así que tomo un té caliente o helado o un licuado con un brownie o algo rico que encuentre. A veces hace comentarios sobre la gente de la barra, leemos el diario y miramos por la ventana a los que pasan caminando y nos imaginamos sus vidas...y nos reímos mucho. También está la Soledad en momentos más íntimos, como cuando espero a que una chica baje de su casa o la espero en un bar o restaurante...siempre está ahí para darme fuerza. Luego, lógicamente la abandono. Una chica no quiere salir con un chico y su soledad, sería ridículo. Mi Soledad se va a casa. A veces tengo la sensación de que me sigue, en alguna ocasión vi su codo o un pedacito de su abrigo...también mi imaginación podría haberme jugado una trampa. Igual siempre que llego a casa está y hablamos de cómo salió todo. Es una gran compañera...y lo mejor es que no es nada celosa. Salgo con mis amigos, con mis papas, mi hermano, mis abuelos, desconocidos...ella no se inmuta. Sólo me dice que me cuide, se preocupa de que esté bien. Ella sabe que siempre voy a necesitar de ella, que la quiero y que no la dejaría ni aunque me dieran la posibilidad. Tenemos una buena relación, mi Soledad y yo, somos grandes amigos.
Respuesta a la Soledad
La vida en la tierra es maligna y los hombres solo pueden estar seguros de que están solos. Esta es una verdad, pero no es la única. A veces, ante la pobreza y ante actos terribles de los individuos, uno podría intuir que no hay vuelta atrás. Cada vez que un hombre perpetra algo siniestro hace caer a todo su género. Ante tal crueldad, parezco comprender que la soledad es la única realidad que puede tocar mi alma...incluso la destrucción o no de todo parece un acto arbitrario a considerar. Sin embargo, no es así...solo que tiene tanta fuerza la intuición del mal o de la soledad que nos vemos obnubilados, arrasar con todo es la única respuesta para restaurar el orden, como la historia de Noé. Pero cuando una persona actúa de manera terrible, eso no quiere decir que no pueda obrar con bondad, tampoco significa la caída del género, o al menos no totalmente. A la par de actos oscuros, están los actos más hermosos del espíritu y de la carne. Entonces la soledad parece un engaño, o una moneda de dos caras...estamos solos y no lo estamos. Todos los días tenemos que salir y caminar al sol, tenemos que ver las hojas caer, sentir el viento que roza la piel, pedir un kilo de papas en una verdulería y ser amables cuando alguien nos pregunta la hora. La vida tiene un impulso tan grande que refrenarlo parecería una contradicción o algo mal hecho. ¿Cómo podría cerrar los ojos al arte, a un abrazo, a un beso o a un crepúsculo? El suicidio me es una de las cosas más incomprensibles, algo misterioso...un acto de una intensidad pocas veces conocida. También, puede que lo mistifique y solo sea la fase final de un lento alejamiento de la vida. No lo sé...pero al menos en mí, hoy, siento que el tiempo pareciera infinito cuando uno ama la vida, es casi como una pasta colorida y pegajosa de la que felizmente no puedo librarme. Incluso en los momentos de mayor pena, cuando se siente la inminencia de algo ominoso, no puedo dejar de pensar que las tempestades pasan, que el cuerpo está llamado a erguirse y a crear y amar.
Giacometti en Proa
En el 2012 ( y hasta el 9 de enero del 2013), la capital argentina recibió una importante visita: una enorme cantidad de obras de uno de los artistas más influyentes del siglo XX: Alberto Giacometti (Suiza 1901- París 1966). Tengo que felicitar a la fundación Proa por haber llevado a cabo tan importante proyecto para la vida cultural de Buenos Aires.
La muestra se encuentra excelentemente curada, con las obras del autor distribuidas inteligentemente por sus etapas artísticas, desde sus primeras pinturas y esculturas, pasando por la influencia africana y llegando a sus búsquedas estéticas más notables como son la representación de la cabeza, la relación entre objeto y obra de arte, sus influencias surrealistas y cubistas, y los bustos y la figura humana (de la mujer, del hombre). No quiero olvidar la inclusión de sus dibujos y pinturas de personas, que si bien no tan relevantes en número en comparación con las esculturas traídas, sí son de una profundidad notable. Son retratos oscuros, hechos con negro, con gris, con amarillo, ocre...los rasgos de la persona retratada son a veces difíciles de reconocer. Hay algo en ellos que es poderoso, bello; esas caras quisieran llorar, decir algo, o simplemente posan para que alguien descubra su secreto. Me he quedado enfrente de ellos preguntándome dónde recaía su fuerza, su expresión tan potente.
La muestra retrospectiva de la obra de Giacometti nos llama a cuestionarnos muchas cosas. Vemos gracias a él, con sus ojos, unos globos oculares ajenos y a los que hay que acostumbrarse. No voy a mentir, hay que hacer un esfuerzo. La obra de este artista nos interroga sobre muchas cosas. Por ejemplo, cuál es la distancia entre lo representado y la representación, qué vínculos hay entre objeto artístico y objeto decorativo, cuáles son los límites para la representación de la figura humana y del busto, si importa la psicología o solo sus rasgos importantes, aquellos que dan cuenta del modelo y su vitalidad, cuál es la relación entre hombre y naturaleza y qué significa el hombre genérico.
Si alguien lee esto, vaya a ver esta genial muestra antes de que parta de Buenos Aires y si no llegan a verla, pueden acceder a la siguiente página http://www.fondation-giacometti.fr/fr/art/38/actualites/199/les-copies-du-passe/ que pertenece a la fundación del artista y su mujer y que posee una galería virtual de obras enorme. ¡A disfrutar!
Annette (su esposa) posando para Alberto Giacometti
La muestra se encuentra excelentemente curada, con las obras del autor distribuidas inteligentemente por sus etapas artísticas, desde sus primeras pinturas y esculturas, pasando por la influencia africana y llegando a sus búsquedas estéticas más notables como son la representación de la cabeza, la relación entre objeto y obra de arte, sus influencias surrealistas y cubistas, y los bustos y la figura humana (de la mujer, del hombre). No quiero olvidar la inclusión de sus dibujos y pinturas de personas, que si bien no tan relevantes en número en comparación con las esculturas traídas, sí son de una profundidad notable. Son retratos oscuros, hechos con negro, con gris, con amarillo, ocre...los rasgos de la persona retratada son a veces difíciles de reconocer. Hay algo en ellos que es poderoso, bello; esas caras quisieran llorar, decir algo, o simplemente posan para que alguien descubra su secreto. Me he quedado enfrente de ellos preguntándome dónde recaía su fuerza, su expresión tan potente.
La muestra retrospectiva de la obra de Giacometti nos llama a cuestionarnos muchas cosas. Vemos gracias a él, con sus ojos, unos globos oculares ajenos y a los que hay que acostumbrarse. No voy a mentir, hay que hacer un esfuerzo. La obra de este artista nos interroga sobre muchas cosas. Por ejemplo, cuál es la distancia entre lo representado y la representación, qué vínculos hay entre objeto artístico y objeto decorativo, cuáles son los límites para la representación de la figura humana y del busto, si importa la psicología o solo sus rasgos importantes, aquellos que dan cuenta del modelo y su vitalidad, cuál es la relación entre hombre y naturaleza y qué significa el hombre genérico.
Si alguien lee esto, vaya a ver esta genial muestra antes de que parta de Buenos Aires y si no llegan a verla, pueden acceder a la siguiente página http://www.fondation-giacometti.fr/fr/art/38/actualites/199/les-copies-du-passe/ que pertenece a la fundación del artista y su mujer y que posee una galería virtual de obras enorme. ¡A disfrutar!
Annette (su esposa) posando para Alberto Giacometti
viernes, 4 de enero de 2013
Chungking Express de Wong Kar Wai
Chungking Express de Wong Kar Wai es una película divertida, triste y alegre a la vez, con historias aparentemente tímidas y sumamente entrañables. La trama no tiene elementos grandiosos ni personajes titánicos, solo hombres y mujeres, algunos con vidas más o menos normales y otros con vidas francamente alocadas.
La trama consiste en los avatares amorosos de dos policías que compran en un pequeño puesto de comida rápida en el Soho de Hong Kong alrededor del cual se dan los eventos. A esta simplicidad armónica se le suman dos personajes femeninos sumamente creativos como una atractiva traficante de drogas y la vendedora del puesto de comidas, que escucha música muy alto y cambio a su gusto y a escondidas el departamento de su policía enamorado. De todos los personajes, y muchos más que no enumero, se nos muestran fragmentos, no podría yo decir que sé mucho sobre ellos, sus conductas muchas veces parecen inexplicables. Son vidas que uno debe entrelazar, pero las incógnitas no nos producen angustia sino curiosidad. Hay algo muy lúdico y adorable acerca de estos personajes que se desplieguen ante nosotros. Todo nos deja pensando: ¿qué sucedió? ¿por qué sucedió? ¿quién es él, ella? ¿se quieren? Esperemos...
Sin duda, la película tiene dos grandes aciertos: el primero, los diálogos, sobre todo los de la primera historia, y luego la forma en que está filmada. Esa fragmentación que mencionaba se ve acelerada por los cortes rápidos entre una escena y otra, el difuminado de las imágenes donde solo se distingue a alguno de los protagonistas, usualmente corriendo, los semiprimer planos, o los planos cortos o detalle que se van ampliando y que quieren mostrar realidades deliberadamente inconexas para que las descifremos: son como adivinanzas cinematográficas y poéticas.
La película se desarrolla con hermosura y simpleza, hay un núcleo en ella que siempre permanece oculto, experiencias que se juntan y se disgregan por la acción del azar y de las decisiones humanas. Se escenifica la vida...hay momentos tristes pero la película es optimista, sabe ver la candidez del corazón humano, la fuerza de la voluntad y también la capacidad para aceptar los imprevistos, de los cuales el mundo esta repleto. Recomendadísima Chungking Express. ¡¡¡A verla!!!
La trama consiste en los avatares amorosos de dos policías que compran en un pequeño puesto de comida rápida en el Soho de Hong Kong alrededor del cual se dan los eventos. A esta simplicidad armónica se le suman dos personajes femeninos sumamente creativos como una atractiva traficante de drogas y la vendedora del puesto de comidas, que escucha música muy alto y cambio a su gusto y a escondidas el departamento de su policía enamorado. De todos los personajes, y muchos más que no enumero, se nos muestran fragmentos, no podría yo decir que sé mucho sobre ellos, sus conductas muchas veces parecen inexplicables. Son vidas que uno debe entrelazar, pero las incógnitas no nos producen angustia sino curiosidad. Hay algo muy lúdico y adorable acerca de estos personajes que se desplieguen ante nosotros. Todo nos deja pensando: ¿qué sucedió? ¿por qué sucedió? ¿quién es él, ella? ¿se quieren? Esperemos...
Sin duda, la película tiene dos grandes aciertos: el primero, los diálogos, sobre todo los de la primera historia, y luego la forma en que está filmada. Esa fragmentación que mencionaba se ve acelerada por los cortes rápidos entre una escena y otra, el difuminado de las imágenes donde solo se distingue a alguno de los protagonistas, usualmente corriendo, los semiprimer planos, o los planos cortos o detalle que se van ampliando y que quieren mostrar realidades deliberadamente inconexas para que las descifremos: son como adivinanzas cinematográficas y poéticas.
La película se desarrolla con hermosura y simpleza, hay un núcleo en ella que siempre permanece oculto, experiencias que se juntan y se disgregan por la acción del azar y de las decisiones humanas. Se escenifica la vida...hay momentos tristes pero la película es optimista, sabe ver la candidez del corazón humano, la fuerza de la voluntad y también la capacidad para aceptar los imprevistos, de los cuales el mundo esta repleto. Recomendadísima Chungking Express. ¡¡¡A verla!!!
Melancholia por Lars Von Trier
Melancholia es una bellísima producción cinematográfica de Lars Von Trier que trata sobre dos cosas: la soledad del hombre y la inminente destrucción de la Tierra por un planeta llamado Melancolía. Así de heterogénea es la película que llega a tocar el surrealismo y la ciencia ficción. Antes de que alguien siga leyendo, sepa que pienso contar el final...
La trama de la película está dividida en dos ejes: Justine y Claire, las dos hermanas protagonistas interpretadas por Kirsten Dunst y Charlotte Gainsbourg, respectivamente, de manera alucinante. Justine se casa y da una fiesta muy costosa pagada por su hermana y su cuñado John en su castillo. A lo largo de esta fiesta, Justine sufre las peleas entre sus padres divorciados, los constantes intentos de su marido por tener sexo y los acosos de su empleador, un hombre desubicado y arrogante para el cual ella renuncia al final de la fiesta. La novia constantemente se ausenta, toma un baño, internamente sufre y no sabemos por qué. Siempre hay una incógnita acerca de este personaje que pareciera estar enfermo todo el tiempo pero no sabemos nunca de qué. Esta fiesta tan llena de contradicciones es la opulencia antes de la catástrofe, Claire y John hacen lo posible por mantener la normalidad pero todo se desbanda y es normal que así suceda dados los acontecimientos ulteriores. El marido acaba abandonando la casa luego de su casamiento
La segunda parte trata sobre Claire y transcurre con posterioridad a la boda. Ahora tenemos su punto de vista. El personaje es entrañable, la vemos sufrir, la vemos hacer esfuerzos imposibles por un mundo que se derrumba espiritualmente y que está pronto a destruirse. Vemos su desgarbada inocencia y quisiéramos abrazarla. Seguimos sin entender el carácter de Justine, siempre enferma de algo incomprensible. En esta parte nos enteramos del misterioso planeta Melancolía que podría colicionar con la Tierra. John quiere convencer a todos y a sí mismo de que la vida sobrevivirá. No es así y se acaba suicidando. La película empieza con la titánica música de Wagner de Tristán e Isolda junto con imágenes poéticas y surrealistas de colisiones de planetas y Justine atrapada por ramas, hundiéndose en la tierra. El largometraje acaba con la misma música, con Justine y Claire y Leo(su hijo) bajo una construcción de ramas viendo cómo Melancolía se acerca a la Tierra y la destruye.
Las interpretaciones surgen por muchos lados. Hay una enorme cantidad de cosas ambiguas en la película, allí reside su belleza. Es cierto que las primeras imágenes de la boda y algunos de sus acontecimientos son inverosímiles. Aun así, no creo que la calidad artística de la película se vea dañada. Justine es fascinante. Ella es una suerte de profetiza, una Casandra a quien nadie cree. Enferma, sin poder hacer las cosas normales, pero poseedora de un saber esencial: la vida en la tierra es maligna, estamos solos, nadie extrañará a la Tierra cuando ésta sea destruida. Justine por momentos es dulce, por otros su estado da pena y en otros es de una crueldad inexplicable. Luego está Claire. Ella es una mujer casada y con un hijo, no puede resignarse a la muerte. Es una hermana incondicional, siente miedo ante la muerte, llora, es ingenua, confía en las predicciones de su esposo, intenta escapar y no puede, a fuerza de la mano de su hijo y su hermana llora hasta abrazar la muerte traída por Melancolía.
El planeta es real y también es simbólico. En la soledad, no puede más que asaltar la melancolía. El recuerdo constante del pasado corroe la existencia, uno intenta vivir en el sueño o en la imaginación y no en la vida. El recorrido de los planetas es obra del azar o de Dios. El azar o Dios mandan un planeta para la destrucción del hombre que no supo ser feliz...¿ésto subyace? Evidentemente es una película triste...sin embargo no podemos no sentirnos elevados por su fuerza expresiva, por la música de Wagner, por la belleza de las imágenes, por ese planeta destruyendo la Tierra...los hombres viven solos pero mueren juntos; Justine, Leo y Claire tomados de la mano. Wagner en Tristán e Isolda propone un amor que solo se consolida después de la muerte...la muerte no es tan mala. Saber que moriremos nos recuerda la importancia de la vida.
¡Una película para reflexionar y ver en un día de sol!
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