Ese proceso de demolición ya empezó. No tengo duda de ello. No me interesa detenerlo. En todo caso, siento que es mejor ser destruido. En la ausencia cabe un punto infinitesimal donde estoy yo y donde está mi resurrección. Entonces, solo me planteo un camino espiritual, un camino de arte, para crear, para arribar a una creación que valga algo, que sea en definitiva lo único que se le puede pedir al arte: ser auténtico y por lo tanto cierto y por lo tanto un agujero negro que se abre en la historia del mundo. Un agujero negro diminuto, imperceptible, inofensivo, pero con una fuerza sobrenatural y una profundidad igual a la del mar o la del cielo o el horizonte. Ese camino artístico es mi justificación, es la forma en que me redimo de ser banal, es el gesto más importante de mi vida-junto con el amor- el que me puede llevar al centro oscuro de mi alma, al centro infranqueable del alma ajena, a Dios. Entonces, AQUÍ ESTOY MARTILLOS, GOLPES, BALLESTAS, ARMAMENTO, VENENOS AÉREOS Y ACUÁTICOS, MACHETES, GRUAS DEMOLEDORAS... demuélanme, háganme arrodillarme, háganme conocer el peso de las palabras, el silencio, el trazo del lápiz, la densidad del color, la potencia de una melodía...ya llega la disciplina, me desvanezco, me pierdo en los laberintos de mi propia carne, es un consuelo que sea mi carne y no la de otro, la salida está en alguna parte, el camino artístico es igual a la manera acertada de salir del laberinto. Para poder traspasar por el umbral de la salida, primero he de morir de hambre...
SH
No hay comentarios:
Publicar un comentario