"¿Acaso soy consciente de las imágenes? Creo que sí, soy terriblemente consciente que entre las personas y yo se interpone un muro de imagenes. De algunas soy yo el responsable, otras las crean mis amigos y conocidos. Todo el tiempo proliferan imágenes mías, es una planta feroz; me entrego al prójimo con una inocencia ilusoria, para darme cuenta que creo imágenes. Las personas que me conocen las guardan en sus memorias, es con ellas con quien tienen verdadero trato. ¿Por qué las imágenes nos condenan a esta soledad? No sé qué piensan los hombres de mí, ni qué piensan de mis imágenes, ni siquiera sé si me juzgan por éstas o se dan cuenta que son máscaras involuntarias. Quiero encontrar el centro de mí mismo, esa parte que como dice Borges no es tocada por el tiempo ni la adversidad, ese centro sin el cual la vida se volvería inconfesable, ese núcleo que hoy ofrendo con manos desnudas a mis amigos,tesoro milagroso, a mi familia, suelo de un templo, y a todos aquellos por los que alguna vez profesé amor o que gratuitamente me lo donaron."
Así pensaba Jerónimo Trinto mientras miraba por la ventana de su hotel, empañada por el enorme frío del invierno de Berlín. No podía ver nada del paisaje urbano que a veces lo consolaba, el iris de su ojo derecho estaba grande como una esmeralda. Tenía la vista fija en él, porque en las horas tristes se le insunuaba una revelación sin tristezas.
"...en este mundo la belleza es común" Borges "Lo que bien amas nunca perece,..." Bolaño "Welcome, O life, I go to encounter for the millionth time the reality of experience and to forge in the smithy of my soul the uncreated conscience of my race. Old father, old artificer, stand me now and ever in good stead." Joyce
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sábado, 27 de abril de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
BAFICI Película 5: Vers Madrid-The burning bright
Asombroso documental. Blancoynegro. Las cosas tienen otra profundidad en blanco y negro. La cámara es más arriesgada. No puede caer en clichés u opciones fáciles. El blanco y negro es un arma de doble filo, una técnica "artística" y por eso más vulnerable. Tiene que defenderse para crear arte auténtico, las sombras son tan bellas y enigmáticas, si no están vivas de verdad, caen y se rompen y muestran que estaban huecas. La cámara de Sylvain George en el fragor de los acontecimientos filma con una perspectiva alucinante, con tomas desde abajo, en general, como pidiéndole a los acontecimientos que le permitan registrarlo todo. Todo el tiempo está expectante, el yo invisible. A veces toma de arriba las multitudes. Pero en general está cerca de las personas y de los objetos. Está en medio de las asambleas, casi parece que teme debatir con los que hablan, no quiere interrumpir la potencia de los eventos que filma. No por eso es ingenuo, está decidido a conseguir algo parecido a la verdad, a ser honesto, que es lo más preciado a lo que puede aspirar. Filma a los indignados desde sus primeras manifestaciones, pasando por sus épicas organizaciones que prometen libertad e independencia hasta los momentos trágicos de la represión policial, el ingreso paulatino de estas personas-mayormente jóvenes pero también hay adultos y gente mayor- y de sus esfuerzos al terreno de la marginalidad, la indiferencia y naturalmente del miedo. No al olvido, gracias al cielo, porque la imagen preservó los rostros fugitivos de los millones que por un momento se alinearon en filas homogéneas para la consecución de un bien común. Gracias a cartas del cineasta también podemos conocer la punta del iceberg de los manejos y las presiones sociales y políticas que están latentes en eventos históricos como este, cuando la sociedad y el sistema muestran su propia corrupción, su lado terrible y vetusto. Se prefiere la negación. Ver es tan insoportable a veces.
viernes, 19 de abril de 2013
BAFICI Película 4: The City Below
Extraña. Bizarra. De altura. Bifronte. Bilateral. Ambigua. Nublada. Esas cosas que uno siente al ver que el mundo que se gesta delante nuestro parece por momentos tener sentido, otros no, dentro de una estética realista, por momentos grotesca, por otros repulsiva-como una escena en que un joven se inyecta lo que parece droga, escena que a primera vista todavía no puedo entender en el continuum de la película-. A veces los eventos transcurrían con extraña lentitud. Digo extraña porque la lentitud se percibía como tal-miraba el reloj porque la película me aburría- pero no disgustaba porque el film nunca es desprolijo o mediocre. Todas las escenas están pensadas y calibradas. Hay escenas de gran intensidad, otras de belleza estática, otras de inquietante tensión solamente articulada gracias al silencio de los personajes, a las miradas, a la posición de los cuerpos, a la música de fondo...
No dejo de pensar que hay un todo que se malogra. Ninguna escena es mala, hay muchas que son increíbles y sin embargo se perciben como dispersas, como si pudiese hablar de un 'realismo inverosímil' pues hay situaciones que devienen en otras a través de actitudes o mecanismos improbables, hasta incoherentes. La explicación es vaga, y justifico la película, más allá de sus muchos aciertos estéticos, por haberme hecho pensar todo esto. No sé hasta qué punto la falta de un hilo argumental más definido o la inclusión de absurdos en una ficción realista son operaciones soportables por la película, que en lugar de disfrutarla la pensamos. Esta inquietud podría contestarse con verla de nuevo. Si luego de propiciar el desarrollo intelectual, la obra me educa para que la disfrute entonces es auténticamente buena; si en cambio solo busca hacerme encontrar presupuestos que no existen en la base de la obra, o razonamientos que nunca cuadran, con lo cual el goce siempre está amurado por el aburrimiento o el intelectualismo...entonces la obra debe ir al tacho o a una repisa para ser archivada, trágico fin.
No creo que ésta sea una película para descartar, no obstante. También podría admitir la tesis discreta de haber visto una película con varias virtudes y cosas que en mi deficiencia o con razón me disgustaron y puedo calificar de errores. Opciones y más opciones. Un film lleno de ambigüedades y rarificaciones.
No dejo de pensar que hay un todo que se malogra. Ninguna escena es mala, hay muchas que son increíbles y sin embargo se perciben como dispersas, como si pudiese hablar de un 'realismo inverosímil' pues hay situaciones que devienen en otras a través de actitudes o mecanismos improbables, hasta incoherentes. La explicación es vaga, y justifico la película, más allá de sus muchos aciertos estéticos, por haberme hecho pensar todo esto. No sé hasta qué punto la falta de un hilo argumental más definido o la inclusión de absurdos en una ficción realista son operaciones soportables por la película, que en lugar de disfrutarla la pensamos. Esta inquietud podría contestarse con verla de nuevo. Si luego de propiciar el desarrollo intelectual, la obra me educa para que la disfrute entonces es auténticamente buena; si en cambio solo busca hacerme encontrar presupuestos que no existen en la base de la obra, o razonamientos que nunca cuadran, con lo cual el goce siempre está amurado por el aburrimiento o el intelectualismo...entonces la obra debe ir al tacho o a una repisa para ser archivada, trágico fin.
No creo que ésta sea una película para descartar, no obstante. También podría admitir la tesis discreta de haber visto una película con varias virtudes y cosas que en mi deficiencia o con razón me disgustaron y puedo calificar de errores. Opciones y más opciones. Un film lleno de ambigüedades y rarificaciones.
No-Retornable
No se pierdan el nuevo número de la Revista No-Retornable (http://www.no-retornable.com.ar/v13/bienvenida/) y para el que quiera puede leer mi reseña sobre la novela Última resaca de Patrick Hamilton (http://www.no-retornable.com.ar/v13/nuevo/hamelau.html). Espero les guste. ¡Un abrazo a todos!
miércoles, 17 de abril de 2013
BAFICI Película 3: Acá adentro
Divertida. Me reí. Necesitábamos cortar con la racha de películas con temas graves y tratados desde perspectivas serias y algo desesperantes por momentos-no hablo de la naturaleza artística de las películas pasadas, desde ya se entiende-. Esta comedia no es menos profunda, solo que llega allí a través de la risa. Todo el film de aproximadamente una hora-tiempo justo, más sería abuso, caería en el total aburrimiento y el desgaste- es un monólogo de un escritor de cine talentoso de 25 años, pero frustrado que acaba de cortar con su novia y que escribe el guión de una película, protagonizada por una pareja de enamorados con los que no termina pasando nada. Las palabras son un profundo, risible, neurótico, chistoso, obsesivo, interesantemente intrépido y absurdo monólogo interior que tiene la maravillosa particular de hacer presente al espectador el mundo de la mente y su presencia concreta en el diario desarrollarse de la vida. Esto produjo que hoy o ayer a la mañana mientras tomaba el colectivo y pensaba en el colectivo que estaba tomando, en la gente que veía alrededor, en las paradas que faltaban y mientras repasaba algunas de las obsesiones que me aquejan, me viera en la película que acababa de ver. Otra cosa que me gusta de esta obra es que ese aspecto risible y optimista está presente en el modo de filmación. Casi todas las imágenes son a plena luz del día, los colores resaltan, se juega con el desenfoque de los fondos, con el color de las cosas que rodean al personajes, hasta cuando va al supermercado...todo eso construye un mundo de impresiones muy vívidas, confortables para el espectador. Por supuesto que al mismo tiempo el narrador le puede estar contando que si no hace tal o cual cosa de esta manera el mundo podría descompensarse y él podría morir o matar a alguien, y así y todo nos reímos de esta tragedia íntima, de un pensamiento que muchos pueden practicar o tener y que, sin embargo, verbalizado suena absurdo. Muchos mecanismos de la vida cotidiana se escenifican, ridiculizan y afirman. Siempre tenemos una sonrisa con este personaje, una mueca que oscila entre la contención y la carcajada, la risa indulgente y la empática.
domingo, 14 de abril de 2013
BAFICI Película 2: Call Girl
Nausea. Belleza formal, belleza de la voluntad que puede ser incansable pero no puede eludir la muerte a la que la someten los asesinos, los hombres mediocres que tienen a la mano el poder, un cuchillo, un auto, o la voluntad del pueblo engañado con descaro. La película cuenta un escándalo político en Suecia, relacionado con una red de prostitución VIP que involucró a menores de edad. El sarcasmo grotesco desborda por todos lados, la madama es enjuiciada, luego pseudo-condenada y posteriormente liberada por sus mismos clientes. De la opulencia del mundo de los políticos, jefes de policía, gente importante en general a la decadencia de Sanja e Iris atrapadas en una red de la que no pueden salir. De la actitud familiar y de madre de la madama para con sus nuevas adeptas- les compra cosas, las acaricia, les da ropa- a negarles la salida del circuito prostibulario, a pegarles una cachetada, a llevarle droga a su hijo que la desprecia y vive en el piso de abajo de ella. Ese momento de debilidad es hermoso porque rebaja a la madama y por extensión a todos a la condición de humanos, solamente eso. Pero a la vez las sensaciones se recrudecen, siento punzadas, escalofríos, porque el hombre es capaz de matar, agredir, amenazar con tal de sostener su poder, con tal de seguir cogiendo con lindas chicas...y lo más terrible es que la red es interminable, no se sabe cuáles son los límites, quiénes están de un lado y de otro, quiénes manejan más información que otros; e incluso cuando la prensa podría tener algún peso para derrumbar la estructura, se muestra inactiva, lenta y hasta servil. A veces las amenazas son muy grandes...hay que entender, por qué habríamos de quejarnos de la debilidad de los otros si nosotros no somos tan fuertes como para afrontar esos retos u otros mucho menores. Pensé entonces, a raíz también de la charla de Vargas Llosa, acerca del poder de la prensa, su enorme peso para destruir a los políticos y a muchos agentes que pretenden embaucar y traicionarnos frente a los ciudadanos, los verdaderos detentadores poder. A la vez el único contrapoder de la prensa, que también debe tener su opuesto que le marque límites, es el espíritu crítico que puede intentar discernir entre la mentira y la verdad...al parecer-y crean que no hay ironía aquí- es difícil concebir que todas las acciones por chiquitas que sean cambian el destino de todos en el mundo. Llega un momento en que nos volvemos insensibles como la piedra y no vemos que el golpe que voluntaria o involuntariamente asestamos al prójimo le duele.
SH
SH
BAFICI Película 1: Dreileben- Beats Beeing Dead
Esto no es una reseña, ni un ensayo ni ningún género académico que se le parezca. Acá empieza una serie de impresiones. Nada más que eso. No buscan informar, solo transmitir la sensación y la percepción de una obra de arte, en este caso del cine. Los tiempos acotados por las presiones de la facultad y por el número de películas van a volver esto un torrente de ideas y emociones. Posiblemente, muchos aspectos técnicos de mi vocabulario como incluso interpretaciones hechas con velocidad estén mal...pero quiero que lo esencial sea la percepción inmediata de la obra, su efecto más colosal, el primer golpe que logra asestar al cuerpo humano espectador. Dicho esto, Impresiones...
La película fue emocionante, corta, compacta, y por ese mismo motivo y la concentración de imágenes, muy efectiva. Fue tierna en muchos aspectos, hermosamente humana, con un protagonista que al tener sexo con su chica realizaba los ideales del amor y la dulzura. También fue algo neurótica, con un asesino suelto en ese lugar pequeño, un pueblo para mi, que agigantaba las posibilidades del crimen y del suspenso. Para colmo, al lado del pueblo había un enorme bosque, tenebroso y elevado, lleno de digna majestad verde, pero no por eso dejaba de ser el lugar de refugio del criminal, el lugar de paso de los personajes, el lugar donde una presencia horrible se sentía, esas presencias que preceden a la tragedia. La música, ¡qué fenómeno maravilloso! Me hacía acordar a Psicosis. Con un punto muy agudo que concentra la tensión, que hace pensar que algo siniestro está apunto de pasar. A la vez que los personajes se mueven por ese mundo, no tienen idea que el asesino los vigila. La música, el leit-motiv de la película, es profunda y espesa....suena a cada momento, no deja que nos estemos tranquilos, a lo largo de los minutos se vuelve una pequeña obsesión...un aguijón que quiere sangre de manera inesperada. Y entonces veo el bosque enorme, atravesado, tajeado por la música, y los personajes caminan en este ambiente con sus alegrías y tristezas...la belleza de lo humano que a la vez desconoce las posibilidades infinitas del futuro.
SH
La película fue emocionante, corta, compacta, y por ese mismo motivo y la concentración de imágenes, muy efectiva. Fue tierna en muchos aspectos, hermosamente humana, con un protagonista que al tener sexo con su chica realizaba los ideales del amor y la dulzura. También fue algo neurótica, con un asesino suelto en ese lugar pequeño, un pueblo para mi, que agigantaba las posibilidades del crimen y del suspenso. Para colmo, al lado del pueblo había un enorme bosque, tenebroso y elevado, lleno de digna majestad verde, pero no por eso dejaba de ser el lugar de refugio del criminal, el lugar de paso de los personajes, el lugar donde una presencia horrible se sentía, esas presencias que preceden a la tragedia. La música, ¡qué fenómeno maravilloso! Me hacía acordar a Psicosis. Con un punto muy agudo que concentra la tensión, que hace pensar que algo siniestro está apunto de pasar. A la vez que los personajes se mueven por ese mundo, no tienen idea que el asesino los vigila. La música, el leit-motiv de la película, es profunda y espesa....suena a cada momento, no deja que nos estemos tranquilos, a lo largo de los minutos se vuelve una pequeña obsesión...un aguijón que quiere sangre de manera inesperada. Y entonces veo el bosque enorme, atravesado, tajeado por la música, y los personajes caminan en este ambiente con sus alegrías y tristezas...la belleza de lo humano que a la vez desconoce las posibilidades infinitas del futuro.
SH
lunes, 8 de abril de 2013
domingo, 7 de abril de 2013
Words fail me- Virginia Woolf
Las palabras me fallan, noto más y más cómo son instrumentos, piedras-diría Paul Auster- objetos inertes que apilo a un lado mio o al otro. La palabras chocan entre sí y están huecas, no, esa imagen es demasiado, las piedras chocan y hacen ruido, en realidad no me importa si chocan o no, si suenan o no, las veo formando torres feas y siento que no valen nada. No vale la pena que las use o no, que construya edificios como un nene que juega con legos. Simplemente no dicen nada, están ahí, exhibiendo su inutilidad, ¿se burlan? Cada palabra es igual a todas las demás, si adjetivo 'hermoso' o 'bello' o 'asombroso' me parece que digo lo mismo, o que no digo nada. Los adjetivos pierden valor, ¿qué haría si perdiera valor todo el lenguaje? NO NO NO NO NO NO NO NO NO no podría permitirme eso. Pero constantemente me repito, soy como un megáfono que amplifica pero no tiene voz. Siento que debería leer bibliotecas, debería juntar palabras en mi interior y esperar que una forja oculta las transmute, las cambie, las arregle en algún poema que merezca ser escrito.
SH
SH
El acto de nombrar
Nombrar es un acto divino. Cuando Dios dijo el mundo, éste fue, decir y hacer en Él son la misma cosa. Dar nombre es dar ser. En el origen de la creación, según el Génesis, Adán y Eva dan nombre a las cosas y animales. Este acto de nombrar es llevado acabo por el artista cuando crea un poema, una pintura, una escultura. Dar nombre no es algo aleatorio sino que el nombre resignifica la obra, ésta puede entenderse a partir del nombre, en contraposición con él, incluso desde su indiferencia como en las obras contemporáneas llamadas Composición, Dibujo, Ensayo, Prueba y algún número más o menos arbitrario. Escribir algo y luego darle un título bajo el cual los demás lo reconozcan no es ni tarea sencilla ni banal, porque es gracias a ese nombre que la obra entra plenamente en el mundo de los hombres, es con ese nombre que admitimos que una cosa más pueble este mundo con propia ciudadanía. Como decía Borges, como se preguntaba el rabino de su poema, ¿por qué di en agregar a la infinita/ serie un símbolo más?...el artista se pregunta por qué nombrar esto o aquello, por qué dar a los demás una sinfonía o un grabado. A veces asistimos a una contestación misteriosa de esa Fuente Universal de donde mana el arte, a veces simplemente seguimos creando, tímidamente, esperando que esos objetos nuevos tengan algún valor que los sustente en la existencia. Otros crean por impulso, sin los engaños de la inspiración, sino por medio del trabajo incesante, de la más absoluta precisión en la palabra. El arte es la vinculación fundamental y primigenia que tiene el hombre con el cosmos. Por eso, el hábito de crear no puede detenerse, ni tampoco volverse más pobre, pues donde hay arte auténtico se esconde una luz, un eco de algo que intuimos y no llegamos a ver con claridad, de algo que se escenifica...la verdad misma, el hombre, Dios, el Amor que como dice Teresa Leonardi no puede morir.
SH
SH
Cornelia frente al espejo
La película de Daniel Rosenfeld es una esmeralda, hecha con
suma elegancia, con una precisión estética y una lucidez que no es común. Está
basada en el cuento homónimo de Silvina Ocampo y cuenta la historia de una
mujer que vuelve a la casa de su tía para suicidarse y recibe tres visitas
inesperadas.
Primero debo reconocerle al director la excelente decisión
de haber mantenido los diálogos intactos del cuento de Silvina. Realmente,
escuchar a los personajes decir las palabras de la autora es un privilegio,
nadie podría haber dicho las cosas mejor que aquella quien las creó. Por
supuesto que hacer esto supuso obstáculos para la realización de la película,
pero de la dificultad surgió la fuerza y el film lo prueba con creces. La
cantidad de registros en las palabras de Silvina es maravillosa: hay patetismo,
hay ira, hay desconcierto, hay humor, hay sarcasmo, hay teatralidad…además de
que escuchar a Cornelia en carne y hueso- posible en el cine gracias a Eugenia
Capizzano que lo hace increíblemente bien- hablar las palabras de un libro de
papel y tinta es un contraste más que agradable.
Paso a enumerar aciertos, luego me detendré en mi
experiencia. La música es exquisita, actúa en la medida justa, intensifica o
suspende el sentimiento, por momentos ella es la protagonista, ella es
Cornelia. La película comienza con los grabados de Max Ernst que son bellísimos
y extravagantes, escenas cotidianas pero dadas vuelta con algún personaje
metamorfoseado total o parcialmente en animal. Estas monstruosidades ya nos
anticipan la ambigüedad de la película, su carácter fronterizo, sus vaivenes
entre el sueño y la realidad, entre lo surreal y lo real, entre lo absurdo y lo
lógico. Las actuaciones son impecables, al igual que la fotografía, que le da
al film parte de su esplendor. La forma en que la cámara mira a través de esa
casa y circula y rodea a los personajes es fantasmagórica y misteriosa.
Ahora es tiempo de hablar de mí, de mi yo-espectador. En
arte es pecado mentir. Todas las cosas que dije son ciertas y fueron ciertas
las dos veces que vi la película. Sin embargo, la primera vez a todo esto tuve
que sumarle la percepción de mucha lentitud y de aburrimiento. ¿Cómo algo que
reconocía tan bello podía hacerme sentir aburrido? Decía interiormente…ya sé
que falta aparecer un personaje, por favor que corra el tiempo…Este
aburrimiento no invalidaba la película, ver a Cornelia con ese traje crudo
hermoso, escuchar el texto de Silvina, eso era increíble pero no desprovisto de
tediosa lentitud. Sorprendentemente, la segunda vez que vi la película todo
esto desapareció. En un momento, incrédulo, me dije a mi mismo que se me había
pasado muy rápido. Si antes había dicho que todavía faltaba un personaje, ahora
dije que tan solo faltaba esa última visita. Entonces, todas la virtudes del
film se afinaron y exaltaron, sobre todo la música y los ruidos de los
personajes caminando por la enorme casa.
Justo antes de la película, la segunda vez, estuvo Daniel
Rosenfeld y dijo una frase de Silvina: “No soy sociable, soy íntima.” De aquí
se desprende el carácter onírico del cuento/film y de la atmósfera que crea
alrededor de sí. Los eventos y los hechos suceden por causas desconocidas, los
personajes tienen motivaciones igualmente oscuras o ridículamente evidentes-
como los constantes pedidos de Cornelia a dos de sus visitas de que prometan
matarla-. El tiempo, el espacio, la misma corporeidad se desdibuja. Cuánto
tiempo sucede entre un evento y el otro, dónde están los personajes que
aparecen y desaparecen dentro de la casa, si ellos son reales o ilusorios o fantasmas
o muertos…esas son preguntas que nos hacemos y que no tienen respuesta (¡y que
así sea! O de otro modo, que aburrido sería todo). En la confluencia de tantas
cosas inciertas, algo- las características de ese algo tampoco las conozco,
puedo llamarlo belleza o arte- surge y resplandece y APARICIÓN APARICIÓN
REVELACIÓN, y nosotros, repletos de encanto y de placer.
Lola Rennt: una aventura enloquecida
Lola Rennt de Tom Tykwer cuenta la historia de una pareja en
un día muy particular. Ellos, Lola y Manny, están involucrados con algún tipo de comercio
ilegal y un hombre de poder, mafioso, pretende poner a prueba al novio.
En lugar de entregar la suma de 100.000
marcos en tiempo y forma, los deja en un subte sin querer, donde la bolsa de
dinero es robada por un mendigo. Veinte minutos antes de la entrega, Manny llama
a Lola desde un teléfono público y le pide que haga algo porque de lo contrario
es hombre muerto. ¿Cuántas cosas pueden suceder en 20 minutos? Pues infinitas,
y esto no es broma. Aquí empieza un viaje enloquecido por el tiempo y el
espacio…una verdadera maravilla fílmica.
Y esta película no es solo ese argumento, contado
linealmente. Todo está astillado en perspectivas, a partir de los distintos
personajes, a partir de la forma en que los eventos se suceden en el tiempo.
Todo es crucial en el curso de la vida humana. La más mínima diferencia cambia
todos los resultados. La contingencia es más increíble de lo que nos la
figuramos. Ese es uno de los grandes aciertos de la película. Y para mostrar
tal polifonía de situaciones y de miradas, naturalmente los recursos tenían que
multiplicarse y entrelazarse. Así es que la película además de mostrar a Lola
de carne y hueso corriendo como loca de acá para allá, nos la muestra como si
fuese un comic, se intercalan fotos de personajes en el medio de la trama,
cosas inesperadas como los gritos de Lola-que tienen la habilidad de romper las
cosas de vidrio o cristal- suceden con extraña naturalidad.
Aquí viene algo mejor. Toda esta belleza expresiva, este
inmenso mar de signos fluye dentro de los límites de una película relativamente
corta, amena, repleta de acción, de movimiento que no por eso se priva de tomas
y fotografías bellas, de momentos de humor, de suspenso e incluso de misteriosa
calma y caridad. Realmente, esta obra es compacta, fácil de disfrutar, pero no
por eso ordinaria o banal. Lo contrario, lo contrario…los engranajes se ajustan
perfectamente, a la vez que muchos elementos surrealistas cruzan el film, lo
enrarecen, diversifican, lo desdoblan para volverlo el tablero de un juego
extraño y sumamente divertido.
LOLA CORRÉ LOLA CORRÉ. Así de excitados como estamos cuando
corremos, así vamos a estar mientras vemos la película. Las cosas suceden en
modo turbo, nitro, como quieran llamarlo. Velocidad, adrenalina. Cuando algo
nos sorprende, la imagen cambia y las cosas comienzan de nuevo. Respiramos
cuando la película termina. Antes de verla, hay que tomar una gran bocanada de
aire, y después deleitarse con imágenes. Lola, su pelo rojo encendido, corto,
corré corré corré
SH
Cosas fútiles
Es bastante fácil entender la importancia de las cosas fútiles. Ellas se entienden y se disfrutan por sí mismas. Las importantes, en cambio, se ordenan a algo superior que les confiere esa importancia o ese status. Ergo, las primeras son superiores a las segundas. Por supuesto, hay cosas importantes en sí que pueden al igual que las fútiles ganar espacio en nuestra memoria o espíritu sin esfuerzo. Pero la mayoría de las cosas importantes lo son para algo, y entonces nuestra mente prefiere relegarlas al olvido y seguir jugando y experimentando en un mundo, cuyo funcionamiento desconoce teóricamente, pero al que prefiere llegar solo a partir de su vivencia mano a mano con él.
SH
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