7 días, 7 historias y
7 directores. La película consta de 7 historias relacionadas entre sí que
exploran diversas realidades de La Habana. Así, este universo ficcional se
vuelve a su vez un documental de la vitalidad de la ciudad y un fresco de su eclecticismo. La elección de 7
directores da al film una diversidad pocas veces vista, los contrastes entre un
día y otro dan una fuerza de juegos de perspectivas altamente artística.
Personajes muy distintos, con experiencias de vida muy distintas desfilan por
la ciudad; algunos como por su hábitat natural, uno que les da sustento y los
agrede, otros-los extranjeros- se asombran de todo e intentan captar la reglas
ocultas de La Habana, una ciudad maravillosa de grandes contrastes, casi
fabricada por la imaginación.
Esta semana
cinematográfica en la capital cubana es caótica, divertida, dramática y sobre
todo llena de música igual que su gente. Se habla del cine, de los EEUU, de la
mirada del extranjero al cubano y viceversa, del régimen de Fidel Castro, de la
precariedad material y de la fuerza del espíritu, de la religión y de los
errores humanos. Todo mezclado. El paso de una historia a otra no es forzado,
cada una se desliza en la otra con la naturalidad con que los días de la semana
se suceden, pero los relatos son vertiginosos, llenos de una fuerza abrumadora
para el espectador.
Cuba está llena de
color, de música y de mar. Las tres cosas están presentes en todas las
historias y de alguna manera las ordenan y las vertebran para que la película no
pierda su sentido; ella es humanista, se propone contar algo del hombre y lo logra.
En ella se escenifica la vida misma, por momentos hay que reír, en otros, llorar
y en otros, tener miedo. Hay que soportar todo. Hay que amar la vida y visitar
La Habana.
Recomiendo muchísima
esta película. Todo espectador puede encontrar en ella elementos de agrado. Aplausos
a: Benicio del Toro, Trapero,
Medem, Suleiman, Noé, Tabío y Cantet.